el mundo del flamenco, de luto

Adiós como los grandes

El flamenco, Cádiz entera, despide a la reina de la alegría, Mariana Cornejo

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El duelo precede al recuerdo, la honda pena da paso al abrazo que reconforta, a la palmada amiga. La consternación desborda el Centro de Arte Flamenco La Merced, pero no está oscuro ahí dentro, la tristeza no ha conseguido acomodarse del todo entre quienes la conocieron, admiraron, bebieron de su sabiduría flamenca y gaditanas maneras. La alegría que derrochó en vida es más pertinaz que la inoportuna y temprana muerte. Se suceden los corrillos en busca de una explicación acerca de su imprevisible adiós. «Estaba malita, pero no nos esperábamos este desenlace», resulta la conclusión más repetida. «Estuve con ella el sábado», «figuraba en el cartel de homenaje a Silverio Heredia», «pensábamos en grabar un nuevo disco»... Mariana Cornejo yace en la casa de todos los amantes del cante jondo de Santa María, ha dejado a familiares y compañeros, a la ciudad entera, dolida, impresionada, encorajada. Demasiado pronto te vas, Mariana de Cádiz. Dejas huérfanos a sus cantes y a todos sin tu sonrisa.

66 años de existencia consagrados al arte primero, al hogar después, a una carrera discográfica tardía pero prolífica, han dado para granjearse cientos de amigos, miles de experiencias, decenas de anécdotas. Ensalzan tu empeño arqueológico para con el flamenco, hablan de tu inquebrantable profesionalidad, de que no habrá nadie como tú que defienda las alegrías y las cantiñas, de que encarnastes a lo mejor de cada grande en una única garganta... Inmediatamente brotan las palabras que dibujan a la Mariana mujer, a la madre, esposa y abuela, a la Cornejo de colega, como ciudadana. Le han abierto las puertas del templo gaditano del flamenco, para que la velen, la despidan y rememoren sus mejores momentos. A Felipe Scapachini se le escapa una sonrisa al contar aquel viaje a Laredo en avión. Tenía miedo a volar, quizá el único resquicio que había permitido pasar su férrea valentía. Lucía desparpajo, encandilaba con su gracia y daba lecciones, sin aspirar a ello, de humildad. David Palomar contaba a la salida del velatorio cómo su maestra Mariana se aprendía con esfuerzo las letras y Anabel Rivera, destrozada, lamentaba que la que dicen es su antecesora no pueda estar en el estreno de hoy de '... Y pa'alcahuete mi pañolón'. El luto se torna algo más claro. «Siempre me decía que el cantaor era yo, que me admiraba muchísimo, y yo le contestaba que yo sí que había cogido cosas de su arte», relata emocionado Rancapino. «¡Qué bien cantas, gordito!, me decía», recuerda el comparsista Ramoni, amigo de la familia y compañero de Mariana Cornejo en la obra de teatro 'Cádiz'.

A su mentor discográfico, el poeta arcense Antonio Murciano, se le saltan las lágrimas al detallar los proyectos que emprendieron juntos y los que quedaban por acometer. Él la convenció cuando rondaba ya la cuarentena para que se presentara al Concurso Nacional de Córdoba. Y, desde entonces, la trayectoria de Mariana no tuvo freno. Con Murciano firmó el maravilloso 'Cádiz por cantiñas' en 2008 y ya hablaban de grabar una segunda parte. Con Carmen de la Jara barajaba sacar un álbum de villancicos y no había homenaje, acto o acontecimiento a la que 'la Chano Lobato' no prestase su imagen, su simpatía y su voz. Gracias a esas invitaciones que muy pocas veces declinó nacieron sus afectos con la alcaldesa, Teófila Martínez. Fue de las primeras en acudir al Centro Flamenco La Merced a dar el pésame a la familia y a despedir a su «amiga personal». «Es una mujer a la que he admirado siempre como artista, pero a medida que la iba conociendo me daba cuenta que esos valores artísticos respondían a unos valores personales. Era una mujer muy inteligente, con una bondad exquisita. Respetuosa, trabajadora, siempre con una sonrisa en la boca. Nunca se quejaba», destacaba minutos antes la alcaldesa, quien también quiso poner de manifiesto que Cornejo siempre trató de ayudar a los jóvenes del flamenco, «y lo hacía sin que se notara». Entre ellos, María del Mar Fernández, Joaquín de Sola o Ana María Polanco, se acercaron a despedirla.

Mensajes de respeto y cariño

El presidente de Diputación y alcalde de San Fernando, José Loaiza, también manifestó su sentimiento por la pérdida de una señora que «se ganó un sitio principal en el panorama flamenco por su gran talento artístico y, además, por su faceta humana, en la que destacó siempre por su solidaridad con los artistas jóvenes y con cuantas personas han trabajado con ella a lo largo de su carrera artística». La directora del Instituto Andaluz del Flamenco, la gaditana Mari Ángeles Carrasco, fue otra en subrayar la calidad de ambas facetas de la cantaora. «Su fallecimiento deja un vacío imposible de llenar aunque nos queden sus cantes», lamentó en un comunicado.

Desde que se conociera la noticia del fallecimiento de la gaditana se sucedieron los mensajes de apoyo en las redes sociales. «No hay palabras para definir el arte y la bondad de Mariana Cornejo. El Flamenco y Cádiz se quedan huérfanos sin ti», decía Pasión Vega en su cuenta de Twitter. «Nuestra querida cantaora Mariana Cornejo se ha marchado hoy, nos deja huérfanos de su alegría y su cariño. Gracias Mariana, gracias, gracias...», expresaba Javier Ruibal. Sara Baras también compartía su pena ante la muerte de la cantaora: «Mi más sentido pésame a la familia de Mariana Cornejo, cariñosa, linda, alegre, graciosa, con mucho arte, preciosa persona y artista. Qué penita!!». El libro de condolencias se fue llenando poco a poco y La Merced, abierta de forma ininterrumpida hasta la madrugada recibió la visita de cientos de amigos y personalidades. Los expertos de flamenco Antonio Montiel y Fermín Lobatón, el rector de la Universidad, Eduardo González Mazo; el corista Julio Pardo o numerosos miembros de las peñas flamencas de la provincia también presentaron sus respetos a los familiares a lo largo de la jornada. Agradecidos, éstos pusieron a disposición de quien quisiera una dirección web (www.surecuerdo.com/marianacornejo061113.asp) para que se dejaran mensajes de tributo a la artista. La misa por su alma se celebra esta mañana a las 12.30 en la Iglesia de Santa María, a los pies del Nazareno. Posteriormente su cuerpo será enterrado en el cementerio Mancomunado de Chiclana. La Asociación de Amigos de Fernando Quiñones y los organizadores de la Ruta de Quiñones, la han nombrado socia de honor a título póstumo de la asociación y le han otorgado el título de mojarrita de plata. Con el escritor estará en el cielo, al lado de La Paquera, de La Perla, de Chano y tantos otros que llevaron el nombre de esta tierra por bandera. Allí, en las estrellas, sí están de fiesta. Ha llegado la alegría.

FOTOS: Mariana Cornejo, una vida de arte