ANDALUCÍA

«La realidad de la muerte de los pobres sigue igual 25 años después»

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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«El día 2 de noviembre de 1988 aparecieron 17 cadáveres en la playa de Los Lances de Tarifa. Fue el principio de una historia interminable que a noviembre del año 2013 continúa. Aunque ahora los ahogados que la mar entrega sean en las costas del sur de Italia». Nieves García Benito ha sido una de las activistas más reconocidas de las redes de apoyo a los inmigrantes y tuvo problemas con la Policía por ello. Llevaba apenas un año en Tarifa, «que me parecía el mejor lugar del mundo para venir destinada como profesora de Geografía e Historia con dos hijos de 6 y 10 años». La noticia en el periódico le estremeció. Aún la guarda: «¡Dios, qué es esto! ¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando? recuerdo que me preguntaba mientras miraba con admiración a aquellos muchachos del windsurf que irrumpían en las playas y en los pubs de moda del momento».

«A partir de aquel día comenzó la gran tragedia, el genocidio, de los hombres y mujeres y niños en el Estrecho de Gibraltar y en toda la costa sur de Andalucía, tumba abierta, que iba a durar hasta hoy», dice Nieves, que llegaba con conciencia política, desde su etapa en la Universidad de Sevilla en los 70.

El precio del viaje

Recuerda una anécdota: «Mis alumnos estaban cansados de ver llegar a las pateras, sabían de la atención secreta en las urgencias del centro de salud, quién ayudaba y denunciaba a los emigrantes. Un día en clase les cuento que si entonces se pagaba por un billete en el ferry Tánger-Tarifa 1.000 pesetas, ellos pagaban 100.000, la proporción era terrible y aún continúa. Mis alumnos en un arranque de ingenuidad y de ignorancia, me dijeron: «Creíamos que venían en patera porque les sale más barato».

«Después de 25 años la realidad de la muerte de los pobres sigue igual», concluye Nieves. «Este genocidio que dura ya tantos años se podría evitar si vinieran en ferrys y si las condiciones de sus países de origen fueran de mayor igualdad. Acuciados por la deuda externa y por gobiernos corruptos, los países africanos acumulan mano de obra cuya única salida es Europa».

También alerta Nieves de la situación de los retenidos, en barracones, «tantos que no cabían», «mientras nos bañábamos felices en las playas tarifeñas».