Los malvinenses festejan el resultado del referéndum. :: TONY CHATER / AFP
MUNDO

Celebración británica en las Malvinas

El primer ministro David Cameron aprovecha el abrumador apoyo isleño a seguir bajo soberanía de Reino Unido y pide a Argentina «respeto»

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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Como era previsible, los habitantes de las Islas Malvinas (Falklands Islands en versión británica) ratificaron en un referéndum su deseo de seguir siendo parte del territorio británico. Y como era esperable también, el primer ministro inglés, David Cameron, aprovechó el resultado favorable de la consulta para reclamar a Argentina que «respete» los claros deseos de los isleños.

Sin el aval de la Organización de Naciones Unidas pero con total apoyo de Londres, el Gobierno del archipiélago cuya soberanía disputan Argentina y Gran Bretaña realizó los días 10 y 11 un referéndum en el que se debía responder a la pregunta «¿Desea usted que las Falklands Islands retengan su actual estatus político como territorio de ultramar de Reino Unido?». El 99,8% de los residentes con derecho a voto respondió 'Si', y tan sólo se contabilizaron tres papeletas en contra.

Los convocados a votar eran poco más de 1.600 sobre una población total que no llega a 3.000 personas. El Gobierno isleño reiteró una y otra vez que el objetivo del referéndum era dar un mensaje al mundo acerca del derecho de los habitantes de las islas a la autodeterminación, un concepto muy controvertido en este contencioso específico.

El archipiélago está en el Atlántico Sur, a menos de 500 kilómetros de la costa continental argentina, pero fue ocupado por Gran Bretaña en 1833 y desde entonces ambos países se disputan la soberanía. En 1982 la dictadura militar invadió el territorio y hubo una guerra que terminó con la rendición argentina dos meses después.

«Argentina debe tomar buena nota del resultado del referéndum. Los isleños no podrían haber sido más claros. Quieren seguir siendo británicos y ese punto debería ser respetado por todo el mundo, incluida Argentina», declaró Cameron tras conocer el resultado de la votación. «Las Falklands pueden estar a muchos kilómetros pero son británicas de la cabeza a los pies, y así quieren seguir», advirtió.

Población 'implantada'

El referéndum no es vinculante y tal como reconoció más tarde el responsable inglés para asuntos de América Latina, Hugo Swire, «no cambia nada desde el punto de vista legal». Desde hace casi 50 años, el Comité de Descolonización de la ONU pide a ambos países negociar la soberanía. Pero Londres se niega a dialogar y ahora reivindica el derecho a la autodeterminación de la población de las islas.

Argentina considera que la votación es «un intento británico de manipular la cuestión» según expresó la cancillería de este país. El Gobierno de Cristina Fernández sostiene que los isleños no son un pueblo colonizado sino una población implantada y que deben entrar en un proceso de descolonización en el cual se respetarán los intereses de los isleños pero no sus deseos.

La embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, dijo que el referéndum es «una maniobra mediática que expresa la debilidad de la posición de Reino Unido». «No es que no entendamos a los isleños. Argentina no intenta cambiar su identidad ni su modo de vida, pero el territorio que habitan no es británico. Hay un derecho que no tienen y es a decidir sobre el destino de nuestro territorio», remarcó.