Economia

Los diques que evitan una explosión social

BILBAO. Actualizado: Guardar
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Detrás de la polémica sobre el número real de desempleados se esconde una pregunta muy frecuente que avalaría las tesis de Juan Rosell: ¿puede un país soportar una tasa de paro superior al 25% sin que se produzca una explosión social? Pues bien, las fuentes consultadas están de acuerdo en que la cifra buena es la de Estadística, la de los seis millones de desocupados, aunque coinciden en que si la sociedad lo soporta es por los elevados niveles de actividad laboral informal o sumergida.

El catedrático de Sociología Ander Gurruchaga cree que el debate sobre cuál es el número de parados «no lleva a ninguna parte, porque en todo el mundo occidental es la encuesta de población activa la fórmula válida, a la que se reconoce legitimidad metodológica y científica». En el caso de los registros de parados, precisa este experto, el inscribirse en sus listas es una acción voluntaria, que puede llegar a estar condicionada por muchos factores.

De hecho, los listados de los servicios públicos de empleo pueden variar por varias causas, como el simple hecho del comienzo de cursos de formación de parados.

Para Gurruchaga, lo que no ofrece duda es que el paro está en España en torno al 25%, «una enormidad» que considera una «realidad sociológica estructural». Y ve cuatro causas por las que la sociedad española resiste una situación de este tipo. La primera son los trabajados en la economía informal, que suman ingresos, casi siempre poco importantes, a la renta familiar. La segunda tiene que ver con los numerosos sistemas sociales de apoyo, tanto municipales como autonómicos y estatales.

La tercera, enfatiza, es la familia, cuyas rentas son redistribuidas entre todos sus miembros; y, por último, cita la red social que constituyen los amigos y las personas próximas, que también son fuentes de ayuda. Todos ellos son un colchón, concluye, aunque no resuelven el problema.

Por su parte, el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, defiende también la validez de la EPA frente a los registros de parados, que es el «método utilizado en las sociedades más avanzadas».

También coincide en que una de las causas para que el elevado paro no haya provocado una explosión social es la economía sumergida, y coincide, asimismo, en que la familia se ha convertido en auténtica válvula de escape de esa olla a presión que es el paro. Una prueba de ello, precisa, es que la gente que se va fuera de España es la que no tiene una red familiar de sostén: los inmigrantes.