Angela Merkel, fotografiada el pasado jueves en Berlín. :: AFP
Economia

Alemania sufre su propia receta

El impacto de los recortes en Europa, principal destino de sus exportaciones, frena en seco el motor teutón El Bundesbank rebaja drásticamente las previsiones de crecimiento para 2013

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Alemania empieza a descubrir la cara oculta de la austeridad a ultranza. El Bundesbank se unió ayer a las principales instituciones europeas al admitir que el país germano no se librará del impacto de los profundos ajustes en la periferia de la zona euro. El antiguo emisor del marco recortó drásticamente las previsiones de crecimiento de la economía alemana para el año próximo y retrasó a 2014 el inicio de la recuperación. Aunque el banco central insistió en que el bajón es de carácter «temporal», remarcó que para «prosperar» Berlín necesita una Europa fuerte. «Alemania tiene un particular interés en el bienestar de sus socios"» corroboró.

El Bundesbank, gran aliado de Angela Merkel en su apuesta por la austeridad, preveía antes del verano que la economía germana se expandiría en 2013 un 1,6%. Ayer, revisó completamente la cifra y la rebajó hasta el 0,4%. «Dado su alto grado de apertura y de especialización, Alemania no puede prosperar sola», señala el informe que recoge las nuevas estimaciones. Algunos expertos consideran que el banco central se ha pasado de pesimismo, pero todos coinciden en que el país va a sentir en primera persona las consecuencias de los fuertes tajos en la zona euro. Pese a que su industria vende en cualquier rincón del planeta, su gran mercado es la moneda única, donde coloca un 40% de sus productos.

La ralentización del PIB germano, que tendrá un fuerte impacto en la tasa de crecimiento de la zona euro, también se dejará notar en el desempleo. El Bundesbank calcula que el paro escalará hasta el 7,2%, una cifra muy moderada pero que contrasta con el 5,4% registrado en noviembre. El banco central estima que el mercado laboral no sufrirá más gracias a su capacidad de ajuste mediante la reducción de jornada. El presidente de la entidad monetaria, Jens Weidmann, aseguró que la economía podría rebotar hasta el 1,9% en 2014. «También es bastante probable que la zona euro se recupere antes», indicó .

Con la revisión de sus previsiones, el Bundesbank se alinea con las principales instituciones europeas e internacionales. El BCE hizo lo propio el jueves y también pospuso a principios de 2014 la vuelta a la recuperación. El emisor del euro pronostica para el año próximo una caída del 0,3% en la moneda única cuando hace solo unos meses confiaba en una expansión moderada. En realidad, esta situación supondría una prolongación de la recesión que arrastra el bloque desde la pasada primavera. Alemania resiste en tasas positivas, pero muchos analistas anticipan que cerrará el año con un primer aviso de lo que le espera.

Agotamiento del modelo

El parón del motor germano evidencia el agotamiento de la receta de ajustes en cadena. Hasta ahora, la primera economía europea había aguantado el tipo gracias a sus exportaciones al resto del mundo, pero la recesión de la zona euro empieza a pesar demasiado. La Comisión Europea, que abrazó las tesis de Berlín desde el principio, da signos de que escucha con cada vez mayor atención las recomendaciones del FMI. El mejor ejemplo de esta situación es España. Tras otorgarle un año más para reducir el déficit, Bruselas ha anunciado que no le pedirá más sacrificios en 2013 pese a que es muy probable que no alcance las metas.

El lento viraje de la Comisión podría confirmarse en febrero. Entonces, está previsto que actualice sus previsiones y podría ampliar los plazos para reducir el déficit de varios países, entre ellos Francia. Lo que no está nada claro es que este cambio incorpore la petición de estímulos a Alemania, que dispone de importantes reservas para meter la directa con su economía y animar al resto del bloque. Merkel, además, medirá todavía más sus decisiones con la vista puesta en las elecciones de septiembre. Con una aprobación cercana al 70% en las encuestas, acaricia su tercer triunfo en las urnas.

Algunos analistas comparan sugestión con «la conducción con niebla». Avanza muy lentamente y solo toma decisiones cuando está segura de sus consecuencias. Esta metáfora explicaría su gradual respuesta a la crisis y sus retrasos con Grecia. Merkel todavía no ha dado signos de ningún volantazo con el crecimiento. Al otro lado del Atlántico, sin embargo, se consolida una tendencia que cuestiona su posición. EE UU, que se decantó por mitigar la dureza de los ajustes, redujo el paro en noviembre hasta el 7,7%, su nivel más bajo en cuatro años. Republicanos y democrátas se esfuerzan para evitar el llamado 'precipicio fiscal' en 2013. Un cóctel formado por una subida de impuestos y recortes públicos, justo lo que han aplicado buena parte de las economías europeas.