Sociedad

El programa Erasmus choca con sus fronteras

España es el primer exportador de estudiantes, por delante de Francia y Alemania, y el que más extranjeros recibe La Comisión Europea busca con urgencia fondos para pagar las becas de 213.000 estudiantes de 33 países

MADRID. Actualizado: Guardar
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Era un plan raro para una España que daba sus primeros pasos en la entonces llamada Comunidad Económica Europea. Se trataba de integrar a los jóvenes europeos, que las generaciones futuras conocieran otras culturas e idiomas para formar una verdadera identidad panaeuropea. El plan Erasmus -un acrónimo de sus siglas en inglés- echaba a nadar en el curso 1987-1988 y convenció a 95 jóvenes españoles de las bondades de ir un año al extranjero. También se apuntaron 58 belgas, 57 daneses, 649 alemanes, 39 griegos, 895 franceses, 112 irlandeses, 220 italianos, 169 neerlandeses, 25 portugueses y 925 británicos. Unos pioneros de un programa que ha permitido a casi 2,2 millones de europeos viajar, descubrir lugares y vivir experiencias inolvidables en 33 países. Un programa que ahora pide ayuda con urgencia. Porque la crisis también ha llamado a las puertas de este proyecto, premio Príncipe de Asturias de la Cooperación Internacional en 2004. Erasmus se ha quedado sin dinero.

«Erasmus se encuentra sin fondos», espetó de forma contundente el portavoz de Presupuestos de la Comisión, Patrizio Fiorilli, ayer en Bruselas. El motivo es simple: los gobiernos tienen menos dinero, con lo que el presupuesto de la Eurocámara mengua. Fiorilli explicó que ya han sido abonadas las becas correspondientes a los primeros nueve meses del año y que del último trimestre se han pagado el 70% de ellas. Ese último 30% que proviene de los fondos de los diferentes gobiernos nacionales es lo que le falta a la Comisión Europea.

«Recortar ese presupuesto o no aceptar el presupuesto rectificativo significa no apoyar el crecimiento. Queremos que emprendedores, estudiantes e investigadores europeos sigan pudiendo contar con los programas europeos precisamente ahora, en estos tiempos de crisis», aseguró a su vez el portavoz comunitario Olivier Bailly. Para evitar el colapso total y la suspensión de pagos de este programa y de otros que también están en el alambre financiero, el Ejecutivo comunitario ha adelantado una partida de 420 millones. Un cuadro que ya se preveía. «Esta situación no puede sorprendernos desde el momento en que el Consejo (Europeo) y el Parlamento Europeo adoptaron a fin de 2011 un presupuesto para 2012 muy inferior a las estimaciones hechas por la Comisión basadas en las demandas de los Estados», consideró el eurodiputado francés Alain Lamassoure, presidente de la Comisión de Presupuesto del Parlamento Europeo.

Gran demanda

El centenar de alumnos que viajaron hace 27 años pasaron a 36.183 alumnos en el curso 2010-11, convirtiéndose en el primer exportador de estudiantes por delante de Francia (31.747) y Alemania (30.274), según los últimos datos de la Comisión Europea, que fue puliendo el programa a lo largo de los años. Por ejemplo, desde hace cuatro años permite que los jóvenes hagan prácticas en empresas foráneas. Así lo hicieron 4.756 españoles, mientras que 31.158 optaron por estudiar en aulas de universidades de Italia, Francia, Reino Unido, Alemania y Portugal. Por el contrario, 37.432 europeos vinieron de Europa, convirtiendo a España en la primera opción. En su mayoría llegaron de Italia, Francia, Alemania, Reino Unido y Polonia para instalarse en los campus de las universidades de Granada, de la Complutense de Madrid, de Sevilla y de Valencia.

La parte más afectada, los estudiantes, vieron con preocupación estos movimientos en Bruselas. El presidente de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae), Álvaro Ferrer, apuntó que de seguir por estos derroteros, solo podrán ser 'erasmus' los que «se lo puedan pagar». «Igualaba a los estudiantes en el sentido de poder tener la experiencia de poder ir un año al extranjero», comentó Fidel González, máximo responsable de la Federación de Asociaciones de Estudiantes Progresistas (FAEST). Desde la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de las Universidades Públicas denunciaron que el programa Erasmus va a desaparecer «prácticamente» si la UE deja de dar ayudas.