Sociedad

«No estoy tan loco como para invertir en el cine»

El protagonista de 'Hombres de negro' presenta en San Sebastián 'Si de verdad quieres...', en la que actúa con Meryl Streep Tommy Lee Jones Actor

S AN SEBASTIÁN. Actualizado: Guardar
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«Where's my fucking coffe?» (¿Dónde está mi puto café?). Tommy Lee Jones no empezó ayer con buen pie sus entrevistas. El penúltimo Premio Donostia de esta edición acaba de estrenar 'Si de verdad quieres...', una comedia que protagoniza junto a Meryl Streep sobre una pareja madura que intenta resucitar su inexistente vida sexual. Sin embargo, su publicista americano era tajante: prohibido preguntar sobre disfunción erectil y política.

El ganador del Oscar por 'El fugitivo' habla español con acento mejicano. Vive en un rancho de su Texas natal, cerca de San Antonio. «El cine más próximo está a muchas millas de distancia. Allí no me conocen por las películas, jamás me han pedido un autógrafo». El actor acaba de cumplir 66 años, es licenciado 'cum laude' en Harvard, compañero de habitación de Al Gore y tiene tres matrimonios a sus espaldas. Tommy Lee Jones resultó más afable de lo esperado. Cuando le incomodaba la pregunta lanzaba la mirada de su agente K en 'Hombres de Negro', presto a sacar la pistola y lanzar un rayo desintegrador.

-¿Dará en castellano su discurso de agradecimiento del premio?

-Mejor que no (habla en castellano). Mi español sirve muy bien para platicar con vaqueros mejicanos y gauchos argentinos, pero para estar ante un micrófono, un grupo grande de gente o con abogados en una oficina no vale mucho.

-¿Dónde aprendió a hablarlo?

-En las escuelas de Texas y en la Universidad de Massachussets. También viajando por México, Argentina y España. Trabajo habitualmente con mexicanos y argentinos en temas de vacas y caballos.

-¿Haría un papel en español?

-Seguro (pasa a responder en inglés). Siempre que el director español sepa hablar mi idioma.

-'Los tres entierros de Melquiades Estrada', que usted protagonizó y dirigió en 2005, era estupenda. ¿Va a seguir dirigiendo?

-Sí. Voy a dirigir esta primavera un largometraje en Nuevo México. Se titula 'The Homesman' y está ambientado en Nebraska a mediados del siglo XIX, cuando todavía no formaba parte de los estados de la Unión. En esa época el Gobierno federal promulgó la llamada Homestead Act, según la cual aquellas personas que consiguían vivir en los territorios más agrestes del país durante dos años se convertían automáticamente en propietarios del terreno. Tenían que establecerse en un lugar salvaje y construir una casa, con inviernos durísimos, sin madera, sin médicos ni infraestructura.

-¿Le es fácil para una estrella levantar un proyecto así o tiene que invertir su propio dinero?

-No es fácil para nadie obtener dinero para hacer una película. Pero no estoy tan loco como para invertir mi propio dinero en el cine.

-¿Qué tal fue trabajar con Meryl Streep en 'Si de verdad quieres...'?

-Trabajar con ella no se puede comparar con nada, porque solo existe una Meryl Streep, es una de las mejores actrices del siglo XX y del XXI. Todos los días son días felices si trabajas con Meryl, un privilegio. Es una buena amiga y me siento orgullosa de decirlo.

-Forman un trío peculiar con Dteve Carell. ¿Hubo química?

-Tratamos de hacerlo lo mejor que pudimos con el guion que teníamos. Funcionamos muy bien, yo no hablaría de estilos distintos, solo éramos tres personas trabajando juntas.

-¿Había estado alguna vez en San Sebastián? ¿Sabe que hace años los galardonados con el Donostia morían en unos meses?

-No voy a dejar que ningún premio me mate... Todo el mundo en esta industria conoce el Festival de San Sebastián y ha oído hablar de él. Nunca había estado en esta ciudad. Me alegro de venir con una película como 'Si de verdad quieres...' y es un honor recibir el Donostia al ver quiénes lo han recibido antes. A los actores nos gusta que alguien nos felicite para autoconvencernos. Llegué ayer de París y no he visto mucho. Mientras venía del aeropuerto me sorprendió que toda la gente vive en casas con huertas. He visto maíz, tomates, berenjenas, cebollas... Me recuerda a Japón, aunque los japoneses son granjeros más ordenados, los vascos parecen más prolíficos. Anoche me llevaron a cenar a un restaurante típico (Arzak). La comida era excelente.