El nuevo concepto de feria

La actual coyuntura económica y las nuevas herramientas virtuales y on-line destinadas a la promoción y comercialización de productos y servicios han obligado a los responsables y organizadores de ferias comerciales a llevar a cabo una exhaustiva revisión del sector. Las restricciones presupuestarias en los apartados de marketing y comunicación de empresas y administraciones públicas han afectado de manera importante a las convocatorias feriales, que al igual que otros sectores productivos han tenido que adaptarse a la nueva situación creando fórmulas dirigidas a rentabilizar más que nunca la presencia de los expositores.

Cabe recordar que además de constituir una herramienta comercial clave, las ferias son el instrumento que permite a los profesionales tomar el pulso del sector, detectar nuevas oportunidades, entrar en contacto directo con su público objetivo y adelantarse a las tendencias futuras, sin contar el importante impacto que su celebración genera en el tejido empresarial de su entorno y la impronta de prestigio que las convocatorias bien construidas otorgan a sus expositores y participantes.

Hay quien ha intentado cuestionar el modelo y poner en entredicho su utilidad en la era de las nuevas tecnologías. No cabe duda de que el vertiginoso devenir tecnológico, el mundo 2.0 y las nuevas formas de interacción obligan a replantear los métodos de trabajo y buscar vías complementarias que optimicen los recursos y esfuerzos invertidos, pero las grandes convocatorias han demostrado la necesidad de mantenerse y actualizarse permanentemente.

Andalucía no es una excepción, y los recintos de la comunidad, pese a las dificultades, han demostrado su solvencia. Sin embargo, se han puesto de manifiesto más que nunca las necesidades estructurales del sector para impulsar la actividad, que en primer lugar pasan por la ordenación del sector.

La proliferación de convocatorias de dudosa solvencia que no cumplen los estándares de calidad y profesionalidad avalados por las organizaciones de referencia como la Asociación de Ferias de España (AFE) o la UFI en el ámbito internacional ponen en entredicho la utilidad de la actividad y confunden a los potenciales clientes -expositores y público final-. Una oferta ordenada resulta imprescindible para optimizar los recursos derivados del apoyo institucional y configurar un calendario ferial internacional, diverso y acorde a las necesidades objetivas del mercado como motor de impulso, desarrollo económico y generación de empleo en nuestra comunidad autónoma, una de las principales metas de AFCAN.

Asimismo, los profesionales implicados debemos concienciarnos para trabajar intensamente en el paso previo a cualquier convocatoria: el sondeo continuo del mercado, la búsqueda incesante de nuevas oportunidades que requieran de un foro especializado para su promoción y comercialización, y la forma más eficaz de llevarla a cabo. Desde AFCAN defendemos que esta labor de investigación, siempre de la mano de las organizaciones sectoriales pertinentes, debe orientarse especialmente a la proyección de sectores productivos propios y emergentes. Innovación y desarrollo tecnológicos; energías renovables; puesta en valor del patrimonio natural, cultural o artístico; o nuevas alternativas turísticas son solo algunos de los ejemplos de esta apuesta.

Los organizadores y promotores debemos hacer acopio de valentía, creatividad y originalidad para llevar a cabo convocatorias flexibles y atractivas para expositores y visitantes. Se trata de desarrollar un concepto en el que el evento tiene vigencia permanente a través de internet y las redes sociales; en el que la muestra de productos y servicios se complementa con un programa de actividades de máximo interés, y en el que la asistencia a la feria se convierte en un fin por sí mismo, dentro de las corrientes vinculadas al marketing experiencial y al networking.

Las aportaciones creativas y el esfuerzo innovador deben ir acompañados de un compromiso certero de administraciones públicas y organizaciones sectoriales. Los recintos andaluces y los certámenes organizados por los mismos se encuentran en un momento muy puntual en el que el mercado exige procesos de certificación y dotación de nuevos equipamientos y servicios. Asimismo, debemos hacer frente a las dificultades en la comercialización derivadas de la actual situación económica, por lo que el apoyo institucional y empresarial resulta imprescindible para sacar adelante los proyectos que, pioneros en muchos casos, pretenden convertir a Andalucía en referente del circuito ferial.

En un contexto de economía globalizada, la valía de las iniciativas planteadas y la solidez de algunas de nuestras convocatorias nos permiten ser optimistas en cuanto a las posibilidades de internacionalización de las mismas, objetivo fundamental de AFCAN con la necesaria colaboración de las entidades implicadas en esta tarea, al considerar que en este ámbito las ferias alcanzan su máximo grado como foro de intercambio de conocimientos, información y comercialización. Así pues, en un momento 'de revolución' a cuanto a métodos y herramientas, en el que nos hemos visto obligados a replantearnos el modelo ferial para reformular nuevas estrategias, los recintos feriales andaluces defendemos la fortaleza de nuestras convocatorias y trabajamos día a día por mejorar e innovar con el necesario apoyo del entramado público y sectorial.