PAN Y CIRCO

LO DE SIEMPRE

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El Real Madrid va a ser, si un milagro no lo remedia, campeón de Liga. Va a ser campeón de Liga porque lleva una trayectoria extraordinaria, apenas ha fallado en dos o tres partidos en la primera vuelta y es evidente que no lo va ahacer en la segunda. Y si así fuera tampoco parece que el Barcelona esté capacitado para restarle la distancia que en este momento los separa. Más que nada porque los culés han cometido un error de bulto, mucho más grande que todas las equivocaciones de los árbitros cada fin de semana. Ese fallo no ha sido otro que no reforzar la delantera. No se puede confiar todo el potencial goleador a las genialidades de Messi o del propio Pedrito. Se ha acabado el mercado de enero y no han fichado y seguramente lo acaben pagando tanto en la Liga como en la Champions, una competición en la que, como todos sabemos, un error puntual te acaba condenando.

Los que no saben de esto, los que nunca han jugado a la pelota, pronto comienzan a ver fantasmas. Es lo que le está pasando a Rosell. Lo de siempre, hablar de las actuaciones arbitrales es desviar el verdadero problema que no es otro que la escasez de efectivos en su plantilla. Para hablar de lo que pasa en el campo ya tiene a uno que destacó sobre el césped, Pep Guardiola, que ha sido el más ecuánime a la hora de valorar la actuación de los colegiados: «una veces nos dan y otras nos quitan» ha espetado el técnico lo que demuestra un perfecto manejo de la situación.

El fútbol, tantas veces ingrato, a veces también es justo con quien se lo merece. Y un día después de sus de sus palabras, un colegiado ha sido «generoso» con el guardameta Pinto que en el partido contra el Valencia tenía que haberse ido a la ducha antes de tiempo.

Eso sí, a la prensa 'mafional' le ha faltado tiempo para afearle a Rosell sus quizás desafortunadas declaraciones, pero incomparables con las continuas salidas de tono del inquilino luso del banquillo merengue.