Aspecto que presentaba ayer el dique del astillero de Cádiz. :: ANTONIO VÁZQUEZ
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El astillero de Cádiz sale a flote con otros siete barcos para reparación

La actividad en la planta no cesa y se espera la llegada del 'Fortuny', de Acciona, para una profunda obra de mejora en su casco

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La industria naval de la Bahía presenta en estos momentos dos caras. Una amarga y otra algo más dulce. Se trata de dos escenarios completamente distintos. Por un lado, el astillero de Cádiz, que sigue sumando a su cartera de pedidos nuevos contratos para la reparación de buques, y de otra parte, las factorías de Puerto Real y San Fernando, dedicadas a la construcción, que han comenzado el año bajo mínimos.

El astillero de Cádiz se encuentra hasta la bandera. Siete buques ocupan este mes las instalaciones para someterse a inspecciones, reformas y tareas de mantenimiento. Se trata de una situación que se repite desde el pasado verano. La dirección de la factoría gaditana tuvo que buscar nuevos mercados en junio de 2010 al comunicar la Armada la cancelación de su programa para modernizar la flota de combate. La crisis y el déficit público dejaban al sector de reparaciones de Navantia sin su principal cliente. Esta situación obligó a la empresa a dar un giro a su actividad y buscar nuevos contratos en la industria civil. De esta forma, metió la cabeza en la reparación de cruceros, con una primera obra en el 'Gran Voyager', buque insignia de Iberocruceros. En junio del año pasado siguió su acción comercial con el operador Royal Caribbean y firmó un acuerdo para reparar cuatro grandes barcos de la compañía, entre ellos, el 'Splendour of the Seas', que entre octubre y diciembre se sometió en Cádiz a una profunda transformación. En los próximos meses esta compañía turística dejará en Cádiz al 'Grandeur of the Seas' y al 'Serenade of the Seas' para mejoras.

El astillero gaditano ha recobrado la actividad después de meses varado en el dique seco. De nuevo, la factoría tiene 'overbooking'. En esta ocasión siete buques, entre ellos un quimiquero, mantienen la carga de trabajo en la planta. Así, el 'Zurbarán', de Acciona, afronta una inspección convencional, mientras que el Hyundai, se somete a pruebas de flote. El astillero recibirá en los próximos días al buque 'Fortuny', también de la compañía naviera Acciona, para someterse a una amplia reforma que incluye además, el montaje de una cola de pato en su popa para mejorar la estabilidad del buque y su eficiencia energética.

Esta situación de bonanza, aunque sea a cuentagotas, del astillero de Cádiz choca con la situación que viven las otras dos plantas de la Bahía. El astillero de Puerto Real da los últimos toques al 'Kariña', séptimo barco del contrato suscrito en 2005 con Venezuela y que se entregará el mes que viene, una vez que el Gobierno de Hugo Chávez liquide la cuenta con Navantia. Cuando el patrullero abandone las instalaciones de Matagorda, la planta se quedará completamente vacía. No hay carga de trabajo para cubrir 2012. El presidente del comité de empresa de la factoría, Ramón Linares, de CC OO, señala que la inactividad en este momento es del 90%. Solo 300 personas, incluida la aportación de la industria auxiliar, trabajan en la fase final del 'Kariña'. El portavoz de la plantilla reconoce que el lobo ha llegado y la única esperanza que tienen los astilleros de la Bahía pasa por la construcción de la segunda fase de los BAM, anunciada en 2010 por el Gobierno socialista, confirmada en 2011, también por el Ejecutivo del PSOE, pero no autorizada. Toca ahora al nuevo Gobierno de Rajoy posicionarse sobre este encargo y aprobarlo cuánto antes. De momento, las centrales sindicales llevarán a cabo la semana que viene varias reuniones para conocer de primera mano cuáles son las expectativas de la empresa y en función de la respuesta fijar un calendario de movilizaciones.

Las dos plantas de la Bahía dedicadas a la construcción naval han fabricado en los seis últimos años un total de catorce barcos. En el astillero de Puerto Real se hicieron el Barco de Acción en Combate 'Cantabria', cuatro patrulleros para la Armada de Venezuela y dos mercancías Ro-Ro para Acciona. En el astillero isleño de La Carraca se han construido los cuatro primeros Barcos de Acción Marítima (BAM) para la Armada española y tres barcos de vigilancia para Hugo Chávez.

En este sentido, el presidente del comité de empresa del astillero de San Fernando, José Antonio Oliva, destaca que la situación que se vive en ambas plantas es de «inquietud» ante un futuro poco claro. Según Oliva ya no hay excusas para desbloquear el acuerdo de la segunda fase de los BAM, que recoge la construcción de otros cinco barcos, dos de ellos más versátiles para tareas oceanográficas y logísticas de buceo.

Otro de los encargos en firme que tiene, en este caso el astillero isleño, es la construcción de doce lanchas de desembarco para la Armada australiana. Se trata de un contrato que supone 350.000 horas de trabajo y actividad para unas 60 personas.