Sociedad

La polémica en torno a su tratamiento

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Esta primavera, la decisión de llevar los cañones a Navantia para su restauración provocó algunas reacciones contrarias. La polémica ponía en entredicho la catalogación como pieza industrial que siempre defendió Antonio Ramos. Las críticas ciudadanas manifestaron su rechazo a que el trabajo lo realizaran obreros sin cualificación en materia de restauración. A esto, el arqueólogo defendía que se trataba de piezas de hierro, industriales, y no obras de arte, y qué mejor sitio para limpiarlas y consolidarlas que un astillero. Además, Ramos siempre manifestó que sus labores contaban con el beneplácito de la Delegación de Cultura.