Las fúnebres pancartas denuncian el cierre de la fábrica. :: ESTEBAN
Ciudadanos

Salir a trabajar sin un trabajo

Los empleados siguen acudiendo a sus puestos y harán guardias nocturnas para evitar que desmantelen la fábrica

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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«Hay compañeros enfadados, compañeros llorando. Y mucha angustia ahí dentro». En torno a las tres de la tarde, María del Mar Pérez, del departamento de producción, salió de la planta en su vehículo. Pero no era un viernes cualquiera. La dulce perspectiva del descanso está enturbiada por la indignación y la tristeza que cubrió con su manto la planta de Cádiz Electrónica desde que el jueves la multinacional Visteon anunció su cierre irrevocable.

«Nos sentimos traicionados. Hemos trabajado a destajo, el año pasado agobiados porque había que realizar unas entregas. Y sabemos que hay encargos hasta el 2013. No lo entendemos». «Estamos destrozados, con el ánimo por los suelos». Otros dos empleados entran para dar el relevo en el turno de tarde. «¿Esperanzas?. Claro, eso es lo último que se pierde. Haremos todo el ruido que podamos. El Gobierno debe impedir esto». Por delante les quedan varias horas de brazos cruzados. «Estamos sin internet, Microsoft, con las máquinas apagadas...». Para matar el tiempo, han pintado medio centenar de carteles visibles desde la carretera de Sanlúcar. Ángel Jiménez recuerda que oficialmente no están despedidos. «No hemos recibido carta de despido. Y encima tenemos vigilancia policial, como si fuéramos delincuentes». Los sindicatos han organizado guardias nocturnas desde este fin de semana. Temen que Visteon se lleve sus máquinas más valiosas a otras plantas.