CÁDIZ

Amor de Dios organiza una fiesta misionera para ayudar a Chile

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El colegio Amor de Dios celebrará los próximos días 3 y 4 de junio su ya tradicional Festival Misionero y, en esta ocasión, los fondos recaudados se destinarán a Chile. Coincidiendo con la fiesta de fin de curso, toda la comunidad educativa (padres, alumnos, profesores, la asociación de antiguas alumnas y las religiosas del centro) organizan desde hace más de veinte años este acto con el fin de enviar los beneficios obtenidos a un país necesitado.

Esta vez, los fondos irán al pueblo chileno de Talca, donde el terremoto asoló por completo un colegio de la congregación de las Hermanas Amor de Dios. Este centro impartía clases a más de 2.000 alumnos, además de ser un lugar de acogida y ayuda a las familias de la localidad en situación de riesgo de exclusión social.

A pesar de que este año no dispondrán de la subvención municipal para el montaje del escenario, varios comercios del barrio de la Laguna mantendrán su aportación con género que después se sorteará en una tómbola benéfica. Asimismo, el próximo fin de semana se montarán para la ocasión puestos de chucherías, bocadillos, pizzas, hamburguesas, perritos, cafés y pasteles. Pero no solo habrá oferta gastronómica, sino que además los asistentes podrán participar en la caseta de tiro y en el rastrillo que se instalarán en el patio del colegio. Por otra parte, el escenario acogerá la actuación de más de veinticinco grupos de alumnos de entre tres y 16 años de edad.

En el pasado curso, los beneficios de la fiesta misional alcanzaron los 30.000 euros que se repartieron entre Bolivia y Chile, necesitado de auxilio urgente tras el terremoto. Las hermanas festejaban en 2010, además, el bicentenario del nacimiento del fundador de la congregación, Jerónimo Mariano Usera. El padre Usera tuvo una vida entregada a las misiones, por eso hoy las religiosas del Amor de Dios quieren continuar con la labor de ayuda en lugares tan desfavorecidos como son Bolivia, Mozambique o Perú.

Ese es el motivo por el que veinte años atrás se decidió celebrar un fiesta misional al final de cada curso para tender una mano a los países más pobres. La entrada será gratuita para cualquiera que quiera participar.