Natanyahu y Obama miran hacia lugares diferentes mientras posan para la prensa gráfica. :: EFE
MUNDO

El malestar israelí tensa el encuentro de la Casa Blanca

El presidente de EE UU reconoce «diferencias» con Netanyahu tras dos horas de reunión

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Era su séptimo encuentro bilateral y Barack Obama y Benyamin Netanyahu hicieron ayer en Washington el esfuerzo acostumbrado para transmitir que los lazos de amistad entre Israel y Estados Unidos siguen tan sólidos como siempre. Tras esa apariencia, ambos mandatarios no pudieron ocultar lo mucho que los separa en la búsqueda de una solución definitiva del conflicto de Oriente Próximo. Para Netanyahu siempre hay más de un pero. En esta ocasión, Obama simplemente habría ido demasiado lejos con su propuesta del jueves en la que postulaba el regreso a las fronteras de 1967 como elemento central en la mesa de negociaciones.

Aunque el asunto debió ser el principal elemento de discusión en las dos horas que duró su entrevista, Obama ni siquiera lo mencionó en la comparecencia conjunta ante los medios. El mandatario estadounidense reiteró que su principal objetivo es alcanzar un acuerdo de paz siempre que no afecte a la seguridad del Estado judío. «Hay diferencias entre nosotros. Estas cosas ocurren entre amigos», señaló el líder demócrata, quien vaticinó que ambos países continuarán trabajando juntos con el objetivo de alcanzar la pacificación de la región.

Sonriente y relajado, Netanyahu supo corresponder con palabras conciliadoras acerca de la estrecha alianza entre los dos países. Luego, hizo una defensa cerrada de los actuales límites territoriales. «Aunque Israel está dispuesto a hacer generosos compromisos de paz, no está dispuesto a volver a las fronteras de 1967 porque esas líneas son indefendibles». Sin dejar de mirar a los ojos de su anfitrión, el primer ministro hebreo dejó claro que la persecución de ese objetivo es un callejón sin salida. «La paz basada en ilusiones se estrellará eventualmente contra las rocas de la realidad de Oriente Próximo».

Una respuesta esperada en la Casa Blanca que añade más combustible a la desconfianza entre ambos mandatarios. Obama ha dicho repetidamente a sus asesores y aliados que el líder judío nunca hará el tipo de concesiones que podrían facilitar un acuerdo de paz. Netanyahu por su parte se queja de que el presidente de EE UU no cesa de ir demasiado lejos en sus presiones sobre Israel. Este argumento se hizo más patente que nunca durante su furiosa conversación telefónica mantenida con Hillary Clinton horas antes de que Barack Obama anunciara su plan el jueves. Especialmente el tema fronterizo ha constituido una reivindicación histórica del pueblo palestino.

Difícil negociación

Contra lo que pudiera parecer, la mayor parte de las puntualizaciones de Obama ayer estuvieron dirigidas a respaldar los intereses de su eterno aliado. «Es muy difícil negociar con gente que insiste en negar a Israel. Los palestinos van a tener que responder sobre el acuerdo entre Hamás y Fatah». Para el presidente, la organización que gobierna en la franja de Gaza «no es un socio para un proceso de paz significativo». Su mensaje iría dirigido sobre todo al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, que en las últimas ha propiciado un acercamiento con el movimiento radical.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y el Cuarteto para Oriente Próximo expresaron ayer su apoyo al líder estadounidense para resolver con urgencia el conflicto entre árabes e israelíes.

La alta representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, celebró ayer «calurosamente» que el presidente de Estados Unidos mostrara su apoyo a una solución para el conflicto de Oriente Próximo que se sustente en la creación de dos Estados cuyas fronteras «se basen en las de 1967, con intercambios de mutuo acuerdo, con fronteras seguras y reconocidas por los dos Estados». No obstante, la jefa de la diplomacia europea insistió en que todavía quedan otras cuestiones importantes por resolver como Jerusalén este y la situación de los refugiados.

Ashton recordó que no es la primera vez que la Unión se pronuncia a favor de un Estado palestino cuyas líneas fronterizas se basen en las de 1967 tras informar que tanto la UE como EE UU ya han llamado a las partes para volver a la mesa de negociaciones «como el mejor camino para avanzar hacia la paz». La alta representante aseguró que la posición comunitaria no ha cambiado y se apoya en acordar una «solución justa entre Israel y un Estado palestino independiente.