La bajamar que temen los erizos

«Estas mareas son buenas para coger erizos». Lo dice Pepe Marín que lleva desde los ocho años pateándose piedras y marismas en busca de coquinas, gusanas y cangrejos. Los mariscadores sabían desde enero gracias al libro de mareas que iba a ser una buena fecha para coger erizos porque «para el resto con 80 y 90 grados es suficiente pero para los erizos se precisa de coeficientes mayores».

Mareas de este tipo siempre se dan por estas fechas y los mariscadores esperaron a la pasada madrugada para sacar algo, «porque era cuando más grados se iba a alcanzar». Esto lo sabían también los miembros del Seprona que por esta época, coincidiendo normalmente con la ostionada y la erizada, refuerzan las vigilancias para evitar que se esquilme la costa.

Si bien desde Ecologistas en Acción se advirtió que el tiempo de exposición de las rocas que no suelen aparecer fue muy corto «y no llegó a ser mucho más diferente que otras mareas vivas, que se producen todos los años», como expuso su responsable Lola Yllescas.

Aún así fueron muchos los que aprovecharon para llenar sus cubos y hasta hoy la Guardia Civil no hará el recuento de las denuncias interpuestas por el marisqueo, si bien resultó una tarea complicada por la cantidad de personas que había caminado por las piedras.

«Según el libro de mareas hace una semana ya hubo mareas similares y el año pasado se alcanzó también los 115 grados y no había nadie», expuso Manuel Gil, un vecino de La Viña y amante de La Caleta. De hecho el punto de información de la zona ha recibido hasta 400 consultas relacionadas con las mareas a lo largo de estos días.