Economia

El suministro energético está garantizado, pero el encarecimiento será inevitable

La revuelta de Libia lleva a Repsol a evacuar a su personal extranjero y todas las petroleras paran sus operaciones

MADRID. Actualizado: Guardar
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La explosión de rebeldía de los países árabes no debiera afectar al suministro energético de España en el corto y medio plazo, pero hará inevitable el encarecimiento de los precios. Buena prueba de ello es la escalada del petróleo. En Londres, el crudo Brent llegó a un máximo de 108,57 dólares por barril, para luego caer a 106,56 dólares, con aumento de 1 dólar respecto a su cotización de la víspera. En Nueva York, el crudo Texas escaló 5,81 dólares, hasta 92,03 dólares. Ya está en los niveles del otoño de 2008.

El ministro de Industria, Miguel Sebastián y el consejero delegado de Gas Natural Fenosa, Rafael Villaseca, se esforzaron por explicar que tanto las movilizaciones de Egipto, como los incidentes de Libia o los movimientos en Argelia tendrán efectos mínimos sobre el abastecimiento. De Libia procede el 12% de las importaciones españolas de petróleo y apenas el 1% del gas, mientras de Argelia viene el 33% del gas y una pequeña cuota de las importaciones de crudo.

España dispone, por ley, de un colchón de reservas equivalente al consumo de 90 días de petróleo y de 30 días de gas. En el caso del gas natural, la estrategia desarrollada incorpora a los suministros por gasoducto una costosa plataforma de plantas regasificadoras, capaces de transformar el gas licuado una vez transportado por barco desde los diferentes orígenes. Este sistema permite, en situaciones de crisis, reemplazar a los suministradores, ya que basta adquirir la carga de un país distinto.

Repliegue en Libia

Pero las productoras se repliegan en Libia. Repsol -instalada en el país desde los años 70, obtiene con ese origen el 3,8% de su producción total y renegoció en fecha reciente las condiciones de su contrato, prolongado hasta 2032- ha suspendido las operaciones. En este caso, lo importante no era tanto la cuantía de la producción, sino la calidad del crudo obtenido.

La petrolera española, como otras que operan en aquel país, ha emprendido la evacuación de los extranjeros vinculados a su actividad. Se trata de 110 personas, unos 70 empleados y sus familias, de la que el número de españoles se limita a 20. El grupo constructor Sacyr Vallehermoso también ha sacado del país a los 40 trabajadores que mantenía en Libia, empleados en sus proyectos.

También la petrolera italiana ENI, primer productor extranjero de hidrocarburos en Libia, anunció ayer la «suspensión temporal de algunas actividades» en el sector del petróleo y gas «por precaución, y para que las instalaciones permanezcan seguras».

Interés común

Los interlocutores habituales del comercio energético español destacan que el empeño en el cumplimiento de los contratos se ha puesto de manifiesto en los países árabes en las situaciones más delicadas. «Los contratos de Argelia siempre se han cumplido con rigor, la planta de licuefacción de Egipto sigue funcionando con normalidad y, según las últimas noticias de que disponemos, los barcos siguen cargando sin obstáculos en los puertos de Libia», informó Villaseca durante la rueda de prensa de presentación de resultados.

Gas Natural Fenosa, precisamente, ha visto como se estancaba su beneficio neto el pasado año, para quedar en 1.201 millones de euros -apenas un 0,5% más- como consecuencia de las provisiones realizadas por el contencioso con Sonatrach. Un laudo dio la razón a la empresa argelina en sus aspiraciones de elevar el precio del gas suministrado al grupo energético español, pero la trayectoria de los precios internacionales ha dado pie a la apertura de un proceso negociador entre ambas partes.

El ministro Miguel Sebastián aprovechó para recordar que, junto a las alternativas al suministro de gas y de petróleo, España dispone del carbón nacional como un destacado componente del 'mix' energético. La política del Gobierno al impulsar el decreto que garantiza el carbón nacional «era la correcta», aseguró el responsable de Industria en una entrevista en RTVE. Las térmicas de carbón autóctono reemplazan en muchas ocasiones a las centrales de ciclo combinado. Pero la última regulación y, sobre todo, las propuestas de la subcomisión de energía del Congreso, han levantado el ánimo de empresas como Gas Natural Fenosa, que hicieron una fuerte apuesta por las térmicas que queman gas.