MUNDO

«Queremos el cambio, no el poder»

Rashad Baioumi 'Número dos' de los Hermanos Musulmanes

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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«Queremos el cambio, no el poder. Queremos y vamos a estar representados en cualquier gabinete de transición, con los grupos de jóvenes activistas y con los profesionales para superar este momento crítico y abrir camino a unas elecciones limpias: esta es la hora del pueblo». Quien habla es Rashad Baioumi, número dos de los Hermanos Musulmanes, el gran grupo opositor que en 2005 pareció poner contra las cuerdas a Hosni Mubarak. En este levantamiento parece decidido a quedarse en un segundo plano y ahora apoyar a Mohamed el-Baradei.

«El-Baradei es uno más dentro del colectivo de grupos opositores que estamos unidos en esto. No es importante quien ponga la cara para los medios, sino la hoja de demandas legítimas que hemos acordado y que pasa por borrar este régimen con todos los símbolos, y su Parlamento salido de la corrupción y el pucherazo». Y recuerda que hay una consigna máxima: «Cero negociación con el sistema». Para Baioumi, como repite estos días la cúpula islamista, «este no es el momento de la Hermandad». «Ponerse a dirigir Egipto no será un regalo, sino una gran responsabilidad de la que ahora preferimos escapar», se sonríe el entrevistado en su despacho de El Cairo. «Nosotros no tenemos ningún nombre que ofrecer ahora para hacerlo, frente a Alá y frente a la gente, esta es una gran responsabilidad, y no podemos arriesgarnos a hacer un mal papel ante Dios», apostilla Baioumi. «Nosotros somos parte de esta sociedad, hemos estado en estas manifestaciones desde el principio. Nuestras jóvenes generaciones, que ante todo son egipcios como los demás, lo han hecho incluso antes, en internet. Y si no hemos figurado poniéndonos al frente es porque Mubarak lo estaba deseando para satanizar las protestas y asustar a la gente y al mundo diciendo 'que vienen los islamistas'». «Pero aquí nos tienen pidiendo cambios, no la Presidencia, y felices de acompañar este despertar popular», reitera el dirigente de la formación islamista.

Tanto buenismo sorprende. Suena a demasiada generosidad en boca de una Hermandad que en Egipto estuvo a punto de aspirar a todo. Siempre han sido sospechosos de estar utilizando los resortes democráticos en su estrategia a largo plazo de imponer la sharia, la ley islámica. «Si ahora quisiéramos tener un Estado con estas características no sería realista y, en caso de que lo hagamos más tarde, será por el beneficio de todos», señala Rashad Baioumi.

«El islamismo no es ese estereotipo de terroristas que nos han colgado en Occidente, nosotros creemos en la igualdad, en la sociedad pacífica y en las reformas. Si quieren hablar de cristianos, les decimos que creemos en el Corán, que nos pide vivir en paz no solo con los coptos, sino también con los judíos», defiende antes de concluir, «y no, los Hermanos Musulmanes no somos impacientes».