Rodrigo Rato (Caja Madrid), en una conferencia en Logroño. :: EFE
Economia

La reforma de las cajas pasa factura a la cotización de los bancos

Bruselas subraya que exigirá una reestructuración de las entidades de ahorro que se capitalicen con fondos públicos

MADRID. Actualizado: Guardar
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Las nuevas exigencias anunciadas por el Gobierno, que pueden conducir a la nacionalización parcial el próximo otoño de las cajas de ahorro más débiles, fueron recibidas con cautela por estas entidades, y con fuertes recelos por los inversores en renta variable. El desplome de la cotización de los bancos provocó que el índice Ibex-35 de los principales valores de la Bolsa de Madrid cediera el 1,4%. Tampoco ayudó la publicación de un informe del Fondo Monetario Internacional que ratifica la debilidad del crecimiento de España este año. Otros parqués europeos también cerraron a la baja, pero registraron pérdidas inferiores: el Footsie-100 de Londres registró un descenso del 0,44%, el CAC 40 de París bajó el 0,34% y el índice Dax perdió el 0,12%.

Los expertos atribuyen el castigo sufrido por los valores bancarios -el Santander retrocedió el 3,13%, un 2,92% lo hizo el BBVA, mientras Bankinter cedió el 5,16% y el Popular se dejó el 1,93%- a las incertidumbres del plan de recapitalización del sector financiero español. Unos consideran que la reforma es positiva, pero se ha perdido demasiado tiempo, y otros creen que los requerimientos de solvencia no afrontan el problema de los 'activos dañados' -principalmente inmobiliarios- que siguen pesando sobre los balances de muchas cajas de ahorro.

A una mayoría de analistas les parece insuficiente la estimación adelantada por las autoridades económicas españolas, que cifran en un máximo de 20.000 millones de euros las necesidades de recapitalización. Hay expertos que advierten de las dificultades que van a encontrar para captar recursos privados unas instituciones en plena fase de reconversión y otros que aconsejan esperar, porque los planes son adecuados y tendrán éxito a medio plazo.

La vicepresidenta segunda, Elena Salgado, precisó que será el Banco de España el que, una vez conocidos los datos del cierre de 2010 de bancos y cajas -la fecha límite para su presentación es el 28 de febrero-, evalúe la relación entre el capital básico y los activos ponderados por riesgo de cada entidad. Ocurre, además, que las exigencias de Basilea III para 2013, que España aplicará en 2011, son más exigentes a la hora de considerar lo que es capital, de manera que el 8% exigido a los bancos y el porcentaje superior que se planteará a las cajas que se financian en los mercados en más de un 20% no será exactamente comparable con los coeficientes publicados hasta ahora.

Hay excepciones: es seguro que el 13,1% de 'core capital' que Unicaja presentaba al cierre de 2010 -según la información adelantada por la propia entidad- va a cubrir con holgura los mayores requerimientos. La institución andaluza -que no ha acudido a la financiación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, ni protagonizado una integración bajo el Sistema Institucional de Protección- podrá seguir su camino, y continuar siendo una caja de ahorros.

«Diversidad»

El SIP integrado por Caja Madrid y Bancaja, denominado Banco Financiero y de Ahorro, todavía no ha dado a conocer sus datos del pasado año -probablemente lo hará el próximo lunes 31 de enero- y Rodrigo Rato, presidente de la entidad madrileña dijo estar a la espera de la concreción de los planes del Gobierno para «actuar en consecuencia». El dirigente bancario recordó que esta integración ya dispone de un banco que empezó a funcionar el pasado 7 de enero y reúne las condiciones que le permiten apelar al mercado. También celebró que la reforma de las cajas de ahorro haya preservado «la diversidad» de las entidades, al ser distintas las circunstancias y características de unas y otras.

Organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) enmarcan los proyectos de Zapatero en la estrategia de las autoridades españolas para convencer a los mercados y celebran cuantas medidas vayan encaminadas a acelerar los procesos de reestructuración bancaria y mejoren la solvencia de las instituciones.

La Comisión Europea, por su parte, recordó que el plazo para las ayudas generalizadas al saneamiento del sector financiero ya ha concluido, de manera que exigirá una reestructuración de aquellas que reciban fondos públicos y sean parcialmente nacionalizadas.