Hay que reaccionar

Las cosas se están poniendo cada vez peor. Por segunda vez en la temporada, el equipo se encuentra fuera de las plazas de la liguilla de ascenso. No se consiguen resultados y lo que es peor, la imagen que está dando el equipo en las últimas jornadas no invita al optimismo. El equipo no juega a nada, los jugadores muestran una gran apatía y el miedo se ha apoderado de todos, incluido el entrenador. Una cosa está clara. Si nuestro equipo se adelanta en casa de un equipo de mitad de la tabla y se limita a aguantar el resultado, no merece subir a Segunda. Hay que tener más ambición. Quitar al delantero centro para meter a un central es una invitación a que el otro equipo nos ataque sin piedad. No podemos consentir que un equipo medio muerto nos remonte un partido en cinco minutos. Cuando vayamos a Murcia, Sevilla o Ceuta, ¿vamos a jugar con dos porteros? El balance de Jose desde que cogiera al equipo es de cuatro victorias y tres derrotas; y con esos números, salvo milagro, no se asciende. Así de claro. Y encima hay marejada de fondo. Cifu con ofertas y Álvaro Silva también pueden salir. Tras la denuncia de estos jugadores (totalmente lícita y justificada desde mi punto de vista porque todos queremos cobrar lo que tenemos pactado) el equipo no puede fichar, algo que a todas luces es imprescindible. La columa vertebral del equipo desde que lo ha cogido Jose está formada por no más de 15 jugadores, y alguno de ellos con carácter meramente testimonial. Hay que sacar el carácter ahora que vienen curvas. El optimismo que había inundado a los cadistas tras la llegada de Jose se ha perdido. Poca gente se va a acercar al Carranza porque el equipo no está demostrando absolutamente nada nuevo. Hay que dar un giro, tener más la pelota, jugar con más ambición. La historia se repite. Cada vez que intentamos amarrar un resultado, cualquier equipo le da la vuelta. El año pasado ocurrió varias veces como por ejemplo en Huesca y este año ya ha ocurrido. La reacción debe empezar este domingo contra el Alcalá.