Detienen a otra banda que vaciaba tragaperras en Chiclana y Conil

Los propietarios de bares de Chiclana y Conil deben revisar sus tragaperras. Quizás no se hayan dado cuenta que alguien les ha hecho un orificio en uno de los laterales, el cual a simple vista no se detecta porque está tapado con una masilla de color oscura. Si es su caso, es muy probable que esa máquina haya sido manipulada por un grupo de delincuentes rumanos y marroquí que en los últimos días ha estado actuando en esa zona. La Guardia Civil detuvo a cuatro de ellos el martes cuando acababan de vaciar dos tragaperras de un local de Chiclana. A partir de entonces, al cuartel han llegado otras cuatro denuncias similares y no se descarta que la lista de afectados siga creciendo.

Los investigadores reconocen que no saben cuántas máquinas ha podido «ordeñar» este grupo ni el dinero total sustraído. Sí han podido confirmar que habían actuado en otras provincias poniendo en funcionamiento un sistema que ya fue detectado en febrero de este año, también en Chiclana. Por esas fechas, la Guardia Civil arrestó a otra banda rumana que utilizaba un método que parece estar de moda entre los cacos especialistas en estos palos. El sistema consiste en hacer un pequeño orificio en un lateral de la máquina y a través de él introducir una varilla metálica que inutiliza el mecanismo que detiene la expulsión de dinero tras entregar un premio.

Los ahora detenidos, que no guardan relación con sus compatriotas apresados en febrero, entraban en locales cuando había mucha afluencia para manipular las tragaperras sin levantar sospechas. Con los orificios ya hechos, esperaban a que estuviera repleta de dinero tras el paso de varios jugadores para accionar su particular sistema.

En el momento de ser detenidos, les encontraron 1. 055 euros que supuestamente habían obtenido de varias máquinas y diversos materiales para ejecutar los golpes como la masilla que usaban para tapar los orificios.