Cartas

Varas de medir

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Recientemente, la prensa publicaba una noticia sobre el clamor internacional que se ha generado contra la condena a muerte de una mujer iraní acusada de adulterio y asesinato. Un poco más abajo aparecía la foto, también en Irán, de cinco hombres anónimos colgados como animales. Para ellos, el silencio de los corderos (y corderas). Como para otros: según la web de Amnistía Internacional, desde 2002 en ese país han muerto lapidados «al menos seis hombres y una mujer». Días más tarde aparece otra noticia sobre los esfuerzos de las distintas administraciones para que las mujeres, sólo ellas, sepan reconocer cuándo están siendo maltratadas. Por ejemplo: cuando su pareja no las valora suficientemente, las deja mal delante de otras personas o les dice que no son capaces de hacer cosas por ellas mismas. Ellas nunca harían algo así. Hace unos días, Alfonso Guerra llamó «señorita» a Trinidad Jiménez. Todas las ministras se le han echado encima por tamaña barbaridad. Y es que, según una de ellas, lo hizo con intención..