Sociedad

Adjudicado un Lehman Brothers

La firma financiera subasta su valiosa colección de arte y hasta su placa corporativa para pagar una mínima parte de sus deudas

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Nueve millones de euros para pagar unas deudas por valor de 490.000 millones representan poco más que un grano de arena en el desierto para los miles de inversores que lo perdieron todo en la caída de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008. El 'pellizco' -producto de la subasta de un lote de valiosas obras de arte realizada este fin de semana en Nueva York- viene a demostrar, sin embargo, que los ejecutivos de la firma financiera estaban mejor preparados para adquirir cuadros y esculturas de enorme valor artístico que para manejar adecuadamente las cuentas de sus clientes.

Según Sotheby's, gran parte de las obras que se subastaron el sábado se vendieron por mucho más de lo que Lehman y Neuberger Berma -su filial británica- pagaron por ellas. ¿Dos ejemplos? Una pieza en tinta y acrílico de la etíope Julie Mehretu, 'Sin título 1', que alcanzó un valor de algo más de un millón de dólares, y un óleo del chino Liu Ye, 'El largo camino a casa', que se vendió por 962.500 dólares.

En una práctica similar a la seguida por otras importantes firmas financieras durante los años del boom económico, la mayoría de las piezas de la colección de Lehman Brothers no fueron adquiridas con fines decorativos. Tampoco para impresionar a sus poderosos y acaudalados clientes. No. Tanto Lehman como Neuberger compraban arte con el único propósito de invertir.

Precios récord

Tras analizar de manera minuciosa las vanguardias del arte contemporáneo, los expertos contratados por el banco solían recomendar la adquisición de piezas de artistas jóvenes que serían reconocidos en el futuro. Ahora bien, en el banco no siempre se seguía a pies juntillas los consejos de los comisarios. Buena prueba de ello es que muchas de las piezas de la colección fueron adquiridas por decisión personal de su fundador, Roy Neuberger, un reputado especialista que fundó el Museo Neuberger en el campus de la Universidad Estatal de Nueva York.

No extraña, por tanto, que varias de las obras subastadas en Sotheby's alcanzaran precios de récord. 'Hombre invisible (Dos vistas)', de Glenn Ligon, se adjudicó por 434.500 dólares, más del doble de su precio de salida. Para Tobias Meyer, responsable de arte contemporáneo de la prestigiosa galería, las cifras no son, en todo caso, injustificadas. «Todo cuanto nos ha llegado de esa colección lleva el sello de gente muy inteligente».

«Es indudable que hay un dialogo entre los artistas de la colección porque todos pertenecen más o menos a la misma generación, tienen un lenguaje común, y luego hay un elemento abstracto muy fuerte y un poco menos de obras figurativas», añade la vicepresidenta.

Y mientras el arte de Lehman sale por la puerta, la placa corporativa de metal pulido y de tres metros de longitud que presidía la entrada del cuartel general de la compañía en Nueva York espera su hora en el escaparate de la casa de subastas londinense Christie's.

Este elemento ejemplifica como ningún otro el desmantelamiento del que fuera un día el cuarto banco de inversión del mundo. En una sociedad icónica como la actual, todo lo que recuerde a aquel momento, es «oro» y en la casa de subastas londinense lo saben muy bien. Pese a ello, ese rótulo inolvidable parte con un valor estimado más bien modesto: entre 2.500 y 3.500 euros.