PAN Y CIRCO

Cambios en la ACB

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Después de la decepción que supuso ver el papel que realizó la selección española de baloncesto en el Mundial de Turquía y comprobar cómo los deportes de motor y el tenis vuelven a tomarle la delantera en el terreno mediático al deporte de la canasta, los dirigentes de la ACB confían en que este año la gente se enganche a una competición mal acostumbrada en los últimos tiempos a las escasas audiencias y las gradas vacías. Entre las caras nuevas para la próxima temporada que arrancó este fin de semana con la Supercopa hay una quizás menos habitual e inesperada: la de las canchas. Todos los clubes han renovado su parqué para adaptarlo a unas nuevas normas que buscan el espectáculo y el ritmo. Quizás el cambio más significativo de todos es la distancia de la línea de triple, que se aleja hasta los 6,75 metros, aunque me da a mí que eso no va a ser problema alguno para unos jugadores cada vez más contaminados por la cultura NBA y acomodados cuanto más lejos del aro mejor para no tener que perderse en el fragor de la lucha en la pintura, que no es de recibo salir demasiado magullado de los pabellones. Además de la línea de 6,75 metros, la nueva normativa refleja otros dos cambios importantes: se amplía la zona de 'tres segundos en la zona', con una forma rectangular en lugar de trapecio, y se limita a 14 segundos el tiempo que se añade al reloj de posesión tras una infracción del equipo defensor. Si se reanuda el juego en el campo de defensa, seguirá siendo de 24 segundos. La nueva distancia de triple puede ser una gran oportunidad para los jugadores penetradores, que encontrarán más espacio en sus entradas a canastas. Las otras dos medidas se supone que provocarán que las posesiones sean más cortas y los ataques, por lo tanto, más directos. Eso sí, por ahora, sólo van a servir para que los jugadores se vean obligados a resetear algunos de los sistemas memorizados e incomodar a la mayoría del público, con escasa cultura de baloncesto y muchas ganas de protestar a los árbitros.