ESPAÑA

Del fallo de Cardeñosa al gol de Iniesta

BARCELONA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, hizo de telonero; José Montilla caldeó al respetable y Zapatero lo levantó de sus asientos. Pero previamente, los 25.000 socialistas que se dieron cita ayer en la Fiesta de la rosa, el acto que sirve para dar inicio al curso político en las filas socialistas, entraron en calor con un vídeo en el que el PSC hace un breve repaso, de tres minutos, de la historia de España, desde 1977, hasta nuestros días.

El vídeo recorre el tiempo transcurrido entre las elecciones ganadas por Adolfo Suárez y en las que se impuso Zapatero en 2008. Pero sobre todo va del blanco y negro de las imágenes de Cardeñosa fallando un gol imposible de fallar contra Brasil en el Mundial de Argentina de 1978, al color en alta definición del 'iniestazo' en Sudáfrica contra Holanda.

Todo esto sirvió, incluso ver a Alfonso Guerra y Felipe González en sus buenos tiempos llenando plazas de toros, para calentar los ánimos de los afiliados socialistas de la comarca del Bajo Llobregat, que una vez más se reunieron en la pineda de Gavà, cerca del mar y en una zona boscosa y al calor de las barbacoas, para celebrar su fiesta anual.

Este año había 'overbooking' de personalidades. Además de Zapatero y Montilla, tuvieron una presencia destacada los dos ministros catalanes del Gobierno de Zapatero, la de Defensa, Carme Chacón, y el de Trabajo, Celestino Corbacho, que jugaba en casa y fue el que se llevó más aplausos. Sin contar a Zapatero, que se paseó por el recinto dando besos y estrechando manos cual estrella del fútbol.

La acogida de la hinchada socialista al que probablemente ha sido el miembro del Gobierno más vapuleado por la oposición en lo que va de legislatura es una buena noticia para los socialistas catalanes. Su salida del Ejecutivo para engrosar las listas del PSC en las próximas elecciones busca motivar a esa parte del electorado desconcertada por la apuesta identitaria en la que se había embarcado, hasta hace unas semanas, el presidente de la Generalitat. Y la reacción del público sirvió para tomar la temperatura al cambio de estrategia.