Vacaciones por la gorra

Los 400 euros se han convertido en una barrera para aquellos que quieren moverse en lo ilícito sin buscarse demasiados problemas con la Justicia. Esta cantidad es el límite entre una falta y un delito, según el actual Código Penal; de tal forma que delimita a partir de cuánto se considera un robo u otra actividad ilegal que genere un perjuicio económico para la víctima o un lucro para el delincuente que puede conllevar pena de cárcel. Así, hay ladrones que miden sus golpes teniendo en cuenta esa cantidad por si son arrestados no tener que enfrentarse a un procedimiento judicial de más relevancia, eludir la detención y consecuencias penales graves. Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional saben de esta argucia que fue empleada recientemente por un individuo que quiso pasar unas vacaciones sin tener que rascarse el bolsillo.

El pasado fin de semana, David F. V. fue detenido por un delito de estafa que habría perpetrado en el hotel Porfirio de Zahara de los Atunes. Este individuo, en compañía de una mujer, se alojó durante varios días en este establecimiento situado muy cerca de la primera línea de la playa de Atlanterra. Sin embargo, se marchó sin abonar la cuenta de 486 euros que tenía pendiente no sólo por el hospedaje sino también por otros servicios. Al parecer, según fuentes consultadas por este periódico, no midió bien esta estafa porque la cuantía superaba el límite de los 400 euros.

Esto supuso que cuando los responsables del hotel presentaron la denuncia, los agentes del Instituto Armado iniciaran una investigación para dar con su domicilio y proceder a detenerlo.

Durante las pesquisas, los funcionarios supieron que existían otras tres denuncias contra la misma persona formuladas durante el mes de julio. Había repostado en dos ocasiones en gasolineras de Barbate y se marchó sin pagar. Y antes de alojarse en el Porfirio, estuvo varios días en otro establecimiento hotelero de Zahara de los Atunes, el Gran Sol, del que dejó otra cuenta pendiente. En estas tres estafas le reclaman cantidades por debajo de los 400 euros, por lo que estarían tipificadas como faltas. Cuando cruzó la barrera del delito, la maquinaria policial lo localizó en poco tiempo.

Así, ahora tendrá que enfrentarse a un procedimiento con posible pena de cárcel por un delito de estafa; mientras que en el caso de no haber superado la franja de la falta, tan sólo se habría expuesto a una multa económica.

En el límite también juegan otros delincuentes como los carteristas o los especialistas en hurtos en comercios. Saben que si son detenidos con productos cuya cuantía no supera los 400 euros, las consecuencias penales serán casi nulas, aunque sumen decenas de golpes.