El dispositivo de fuerzas del orden disuade y, llegado el caso, sanciona a los jóvenes. :: J. M. A.
Ciudadanos

Casi 700 denuncias formuladas en los dos fines de semana de 'ley seca' en Conil

El Ayuntamiento dice estar satisfecho, pero sólo el viernes y sábado se contabilizaron 74 denuncias por tenencia de sustancias ilegales

CONIL. Actualizado: Guardar
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Los datos no cuadran con la sensación que existe de haber erradicado por completo los problemas de orden público que acarreaban los multitudinarios botellones en Conil. Y es que, mientras el Ayuntamiento de esta población costera asegura estar «satisfecho» con el resultado de los dos primeros fines de semana de prohibición de beber alcohol en las calles, el fuerte dispositivo de la Policía Local y la Guardia Civil está dejando un rosario de denuncias. Aunque las cifras aportadas por la Subdelegación del Gobierno dejan claro que los incidentes graves han caído hasta límites desconocidos (los agentes sólo han intervenido en una pelea grave), la concienciación aún está por llegar. Las multas parecen ser el único camino.

Las cifras dejan pocos resquicios a las interpretaciones. En los dos primeros fines de semana de entrada en vigor de la denominada 'ley seca' de Conil, los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local han formulado 655 denuncias; muchas de las cuales están vinculadas al consumo de alcohol y estupefacientes en la calle. Entre los datos más destacados están las 74 multas interpuestas por tenencia de drogas que levantaron los agentes municipales entre el viernes y el domingo pasado; así como las 92 sanciones incoadas por violar la prohibición del botellón; la mayoría de ellas fueron formuladas en el entorno de la playa de Los Bateles; antaño zona de carpas.

En esta suma total de actuaciones, también se incluyen las alteraciones del orden público, infracciones de tráfico u otros capítulos que infringen normativas como la ley de costa. La Guardia Civil, por ejemplo, denunció este pasado fin de semana tres acampadas ilegales en Conil; y es que el tramo costero entre esta localidad y Barbate es un lugar elegido por jóvenes que buscan alternativas de alojamiento ante la falta de recursos.

Uno de los temores que hay es que las restricciones en Conil provoque el desplazamiento de los jóvenes a otros puntos de la costa para mantener vivo el botellón y sus excesos. Sin embargo, también en La Janda la Guardia Civil tiene desplegado un dispositivo específico, que pronto dio resultado. Sólo en las dos primeras madrugadas de vigilancia intensiva a finales de junio, los agentes arrestaron a seis camellos con un amplio surtido de drogas.

El operativo integrado por Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil no sólo vigila que no se consuma alcohol en la vía pública, sino que va más allá, y trata de evitar que se multipliquen los trapicheos en los focos de la movida, la cual suele estar ligada al consumo de estupefacientes. Así ocurrió durante los primeros días de vigilancia en el aparcamiento de la discoteca Ojhu, donde agentes de paisano detuvieron a varios traficantes que llegaron a ofrecer sustancias a los funcionarios por error.

Gracias a esa estrecha vigilancia, efectivos de la USECIC (Unidad de Seguridad Ciudadana del Instituto Armado) interceptaron el último fin de semana en Los Caños un Audi A4 ocupado por dos personas. Los movimientos sospechosos de la copiloto les llevó a registrar el coche y a incautarse de 32 comprimidos de éxtasis y de dos trozos de hachís. En este enésimo golpe contra el trapicheo se detuvo a Esmeralda C.V., de 36 años de edad, como responsable de un presunto delito contra la salud pública.

Pero estas constantes operaciones contra el tráfico y consumo de drogas en torno a la movida de la zona litoral de La Janda no son el único punto de preocupación para las autoridades.

La Policía Local de Conil ha alertado ya de un incremento de las denuncias por molestias a los vecinos en los pisos y apartamentos de alquiler, en un municipio que llega a triplicar su población en julio y agosto.

Ruidos molestos

Sólo en el último fin de semana los agentes conileños han abierto 25 denuncias por este motivo, lo que revela que muchos jóvenes, si no pueden hacer su botellón en la calle, optan ya por hacerlo en casa antes de salir de marcha.

Este fenómeno tiene consecuencias positivas para la imagen de la localidad, que ha ganado en tranquilidad aparente. Según explicó ayer el Ayuntamiento de Conil, el dispositivo de limpieza ha experimentado una disminución importante, y deja atrás las casi 25 toneladas que llegaban a recogerse un fin de semana de verano cualquiera años atrás. Ahora toca esperar a ver qué pasa en agosto.