Madrugones y mucho calor para estar cerca de la Familia Real

Marga López y su hija Vanesa llevaban casi cinco horas de pie y a pleno sol cuando el Rey apareció en la rotonda José Luis Herrera Pombo. Apretadas contra la valla de seguridad, apenas podían moverse porque miles de personas se agolpaban detrás. Fueron de las primeras pacenses en llegar nada más amanecer para ver a la Familia Real de cerca. «Merece la pena, esto no pasa todos los días», explicaba Marga, una vecina. Su razonamiento fue compartido por miles de extremeños que ayer vivieron en persona el homenaje a la bandera y sobre todo, para dar la bienvenida al monarca. Se escuchó «¡Viva el Rey!» multiplicado por 25.000.

La organización repartió miles de banderitas que algunos tuvieron que utilizar como improvisado parasol debido a las altas temperaturas. Una hora antes de que llegase la Familia Real, ya se vivieron las primeras carreras de la Cruz Roja para atender lipotimias.

Cuando las autoridades se colocaron en el palco el público se mantuvo en un respetuoso silencio. La calma sólo se rompió cuando un paracaidista descendió del cielo con la bandera de España aterrizando a la perfección en la rotonda. No fue fácil esta hazaña. De hecho, este mismo paracaidista sufrió un accidente leve en el ensayo, ya que el viento produce remolinos en este cruce.

La emoción de los asistentes también se desbordó cuando la Patrulla Águila formó la bandera española en el cielo y la compañía mixta de honores realizó una salva. El impresionante estruendo sirvió para poner el broche al acto.