«Ya está bien de que siempre paguemos el pato los mismos»

La tostada se le atragantó ayer a un buen número funcionarios en el momento justo que el presidente del Gobierno comparecía para explicar su plan de ahorro. Nada más mencionar que contaba con ellos para reducir el déficit, todas las cafeterías se convirtieron en un único corrillo.

Ya digerida la noticia durante el resto de la jornada, muchos decidieron retrasar la vuelta a casa para arremeter contra la propuesta y 'arreglar' el país con una cerveza en la mano. «Sinvergüenzas». El enfado de Javier Gómez, técnico del Ayuntamiento de Chiclana, era mayúsculo. Ayer no paraba de repetirlo en el bar que hay junto a su casa, al lado del Estadio Carranza. «Siempre pagamos el pato los mismos. Desde que hice las oposiciones me han congelado el sueldo en dos o tres ocasiones y, ahora, ya el colmo, me meten la tijera».

Enfrente, su mujer, Mercedes: «Al menos no tienes el miedo de que te vayan a echar como a mí». Javier insiste en que hay otras opciones como una reforma fiscal que comprometa a los que más tienen o reducir altos cargos «que ni siquiera han tenido que superar ningún examen para estar ahí».

A pocos metros le prestaba atención Rosario, trabajadora de la Diputación desde hace más de diez años y aseguraba indignada que, llegados a este punto, «ya es hora de que se convoque una huelga general». «Estamos jugando con el salario de mucha gente que tiene familia, hipoteca o que el marido o la mujer se ha quedado en paro. No somos unos privilegiados como se hace pensar», alegaba.

El otro pilar importante en el que se sustentará el plan de austeridad del Gobierno son las pensiones. No se reducen, pero se congelan. «Es que este Gobierno no va a dejar tranquila a la tercera edad», se que baja Manolo Carretero, jubilado de Astilleros de 72 años. También había aprovechado ayer el aperitivo para hablar del tema estrella del día. Si ya estaba indignado con el primera propuesta de retrasar la edad del retiro laboral, que le toquen la pensión es la gota que colma el vaso. «Es que no me entra en la cabeza. Ni los trabajadores ni los jubilados hemos provocado esta crisis ¿por qué tenemos que pagarla nosotros?». Ni siquiera el partido de la UEFA del Atleti generó ayer tanta expectación como las medidas de ahorro de Rodríguez Zapatero.

«Le están tocando el bolsillo a mucha gente que ya le cuesta trabajo llegar a fin de mes, pero no hay narices de pedirle al presidente de un banco que se baje el sueldo», replicó el compañero de barra de Manolo, también jubilado de la industria naval. Sin duda, la noticia ha sentado en la calle como un cubo de agua fría, habrá que reducir el tono en su aplicación para mejorar los ánimos.