Ahmadineyad defrauda en la ONU con propuestas utópicas

Mahmud Ahmadineyad tuvo ayer la oportunidad de frenar las sanciones contra Irán que elabora el Consejo de Seguridad de la ONU, pero prefirió usar su tiempo en el estrado de la Conferencia que revisa el Tratado de Proliferación Nuclear (TNP) a sus cuarenta años con un discurso pacifista y utópico, lleno de reproches a EE UU, en el que ignoró la posición de su país.

«Ha sido extremadamente decepcionante, una oportunidad perdida para deletrear sus intenciones», objetó Lawrence Cannon, ministro de Exteriores canadiense. «No había nada nuevo, el mismo discurso, el mismo tono agresivo. No hay ninguna indicación de que algo haya cambiado, no hemos visto nada que indique que va a cumplir con las resoluciones del Consejo de Seguridad o con las inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Ha sido una maniobra publicitaria», añadió.

Con el lema de 'Energía nuclear para todos, bombas nucleares para ninguno', el presidente iraní propuso el desmantelamiento de todos los arsenales atómicos del mundo «para que prevalezca el poder de la lógica en vez del de la fuerza», y retó a Barack Obama a sumarse a su propuesta «si sigue comprometido con su eslogan del cambio».

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, no se encontraba en la sala, y el resto de la delegación estadounidense la abandonó a modo de protesta, junto a los cancilleres de otros países como Francia y Reino Unido. El español Miguel Ángel Moratinos les disculpó en nombre de la UE argumentando que tenían una reunión, pero no por eso dejó de recriminar a Irán. «Se le está acabando el tiempo», advirtió.