Miembros de la plataforma de Chipiona, en los pasillos tras suspenderse el Pleno. :: ANTONIO VÁZQUEZ
Ciudadanos

Insultos fuera del orden del día

La mujer del presidente del PP de Chipiona llama «payasa» a la diputada del PSOE María Naval durante la reunión Cabaña suspende la sesión ante el tono de crispación y evita el debate sobre las eólicas marinas

| CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Otro pleno en la Diputación de Cádiz que acaba a gritos, entre insultos y bajo un fuego cruzado de reproches. El presidente de la institución, el socialista Francisco González Cabaña, decidió suspender la sesión de ayer justo cuando se llevaba algo más de una hora de debate. La crispación iba en aumento y el turno de palabra era cada vez más violento. El momento de mayor tensión se produjo cuando la diputada del PSOE por Chipiona, María Naval, pidió el amparo del presidente ante los insultos que estaba recibiendo por parte de algunos miembros del público que asistían al pleno.

En el interior de la sala se encontraban representantes de la plataforma Por un Horizonte sin Molinos, que está en contra de la instalación en Chipiona del parque eólico marino que promueve el Ayuntamiento de la localidad. Precisamente, el pleno de Diputación iba a debatir en el momento de la trifulca una moción de IU, en la que pedía el rechazo de esta iniciativa hasta que no contara con más apoyo social y existiera más información al respecto.

Cabaña ordenó entonces suspender durante diez minutos la sesión y ordenó a los miembros de la plataforma que abandonaran la sala. No fue así y optó por levantar definitivamente el Pleno ante «los insultos y el tono intimidatorio de los representantes del PP de Chipiona». Entre los asistentes al debate plenario se encontraba el presidente del PP de Chipiona, Pedro Valdés, que acudió acompañado de su esposa. Ambos se sentaron justo detrás de la diputada y concejal del PSOE en Chipiona, María Naval. En el transcurso del debate, la esposa de Valdés profirió varias veces y en voz baja el calificativo de «payasa», en alusión directa a María Naval. Fue entonces cuando la diputada pidió el amparo de la Corporación.

El presidente del PP de Chipiona, Pedro Valdés, no tenía ninguna intención de abandonar la sala y dijo que «me tendrán que sacar de aquí a hombros porque no he abierto la boca». Aprovechó el momento para comentar que los políticos habían dado un espectáculo «vergonzoso» y se dirigió a los socialistas como «pandilla de alborotadores».

En los pasillos de la Diputación estaba el portavoz de la plataforma antimolinos eólicos, Rafael Ruiz, que negó que existieran insultos contra los representantes socialistas. Ruiz justificó la presencia de la plataforma en el Pleno como señal de protesta ante un proyecto que va «contra el turismo, no tiene consenso y tampoco transparencia».

Las reacciones a la decisión de Cabaña no tardaron. La portavoz del PP, Mercedes Colombo, acusó al presidente de dirigir la Diputación como «si fuera su cortijo». En un tono más moderado se pronunció el representante del PA en la Diputación, Manuel Prado, que reconoció que Cabaña se había excedido en sus atribuciones al levantar la sesión sin hacer efectivo el desalojo del público.

PP y PSOE están dispuestos a verse las caras en los tribunales.