Tejero, pistola en mano, mira a la cámara. :: MANUEL HERNÁNDEZ/EFE
Sociedad

«Me escondí el carrete en los calzoncillos»

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Manuel Hernández de León, fotógrafo de la agencia Efe, fue uno de los pocos que pudo presenciar de cerca el intento de golpe Estado. Ahora recuerda emocionado cómo vivió el día más tenso de su vida y también el de muchos españoles.

«El 23 de febrero de 1981 había pleno en el Congreso y me tocaba trabajar. Había quedado para comer con otros periodistas de 'Diario 16' y de 'El País' en el restaurante Edelweiss. A las 15.15 entramos en el Congreso y nos colocamos en nuestros puestos. Tenía en la cámara un carrete de 23 fotografías y lo cambié por otro. A las 16.25 iban a comenzar a votar (en aquel entonces las puertas se cerraban herméticamente para que nadie pudiese salir, ya que no existía el sistema de votaciones que hay ahora). Entonces empezamos a escuchar gritos de ¡Viva España! Y muchos golpes. Los guardias civiles rompieron las puertas y entraron. Lo primero que pensé es que era un comando de ETA, pero reconocí a Tejero, porque unos días antes había estado en su casa haciéndole un reportaje con su familia. No paraba de sacar fotos. En una de ellas Tejero me está mirando directamente y me apunta con la pistola. Él también me reconoció a mí. Inconscientemente me agaché y cogí el carrete que había quitado antes. No pensé en el futuro de las fotos, no sé por qué lo hice, fue inconsciente. Al cambiarlo, el rollo con las imágenes del golpe que saqué de la cámara me lo metí en el pecho. Pero imaginé que al salir me cachearían y lo encontrarían, así que decidí pedirle a un guardia que me dejara ir al baño y lo escondí en los calzoncillos».

Manuel Hernández confiesa que no tuvo miedo. «Sólo en un momento pensé que corríamos peligro, porque sobre las siete de la tarde se fue la luz. Los guardias civiles empezaron a sacar las maderas que hay debajo de los asientos y pensé que como les diera por prenderlas arderíamos todos. Sobre las diez de la noche nos soltaron. Lo primero que pensé fue en dirigirme a la Agencia Efe, pero de camino escuchaba las marchas en la radio y creí que la Zarzuela y otros muchos edificios estarían tomados. Decidí que si veía algo extraño me marcharía a Francia a revelar el carrete, pero una vez en la agencia el guardia me dijo que allí no había nadie. Pasadas las once y media de la noche -prosigue Manuel Hernández- el director de Efe, Luis María Ansón, me mandó revelar las fotos y al ver el resultado pasamos directos a la sala de transmisiones para enviárselas a otros medios. Fue a partir de las doce y media cuando empecé a recibir las primeras felicitaciones».

A sus 54 años Manuel Hernández sigue trabajando en Efe. El 23-F consiguió su gran exclusiva y su trabajo entró a formar parte de la historia de España.