El PP supedita su apoyo al acuerdo a que el Ejecutivo «rectifique» su política

El PP ni ha recibido ni espera recibir una llamada desde el Palacio de La Zarzuela. Mariano Rajoy tiene otra 'hoja de ruta' en mente. Quiere que José Luis Rodríguez Zapatero fije una cita en La Moncloa y le pida ayuda. Un gesto para escenificar que el Gobierno necesita al PP para salir del laberinto de la crisis.

Los populares, eso sí, ponen una condición previa de casi imposible cumplimiento: una «rectificación radical» del Gobierno. Rajoy reclama una oferta de entendimiento basada en contenidos, en la que se incluya un amplio consenso sobre reformas claves para encarar el futuro como la laboral y la del sistema de pensiones.

El líder de la oposición rechaza el papel de convidado de piedra, pero también el de 'villano'. Si el Gobierno es incapaz de cerrar un concilio de amplio espectro, no será por culpa de los populares, sostienen en el partido opositor. Rajoy recuerda que ha ofrecido un acuerdo a Zapatero hasta en tres ocasiones en esta legislatura. «Y el 30 de diciembre, en una rueda de prensa que pudimos ver todos los españoles, el presidente dijo que no iba a pactar con el PP la economía, porque eso era una cuestión ideológica», indicó Rajoy ayer. Fuentes populares se preguntan, en tono irónico, si ahora el Gobierno «ya da por superados» estos reparos ideológicos, cuestión que nunca debe estar sobre el tapete, a juicio del PP, cuando el país se enfreta a una brutal crisis.

Exigencias

El presidente del PP adelantó ayer qué exigencias planteará el miércoles durante la comparecencia en el Congreso del presidente del Gobierno, en la que Zapatero hará un diagnóstico de la situación actual de la economía española. Los populares ya saben lo que reclamarán de cara a esa posible alianza: «que haga las cosas con arreglo al sentido común y que no vuelva a cometer error tras error», destacó Rajoy durante una entrevista en la cadena Cope.

El PP reprocha los, a su juicio, continuos «bandazos» del Gobierno en política económica, en especial el que hace referencia a la contención del gasto. Por ejemplo, el anuncio del Ejecutivo de reducir la factura del Estado 50.000 millones hasta el 2013 -5.000 millones durante este año- «pese a que hace poco más de un mes aprobaron los Presupuestos Generales del Estado para 2010, donde se incluía un aumento del 17% del gasto social», abundó Rajoy.

Los contactos que ha mantenido Don Juan Carlos en los últimos días con representantes sindicales y empresarios demuestran, según el PP, la «preocupación del monarca» por el rumbo de la economía española.

Fuentes de esta formación incidieron ayer en la «función moderadora» que la Constitución otorga al Rey, además de aludir al mensaje navideño del jefe del Estado, en el que ya emplazaba a las fuerzas políticas a entenderse en materia económica por el bien del interés general.

Más allá de estas consideraciones, el PP avisa de que no renunciará a su papel de principal partido de la oposición ni comulgará con postulados que vayan en contra de sus tesis.

Los populares insisten en su campaña contra el «topicazo» -como lo bautizó el propio Rajoy- de que ellos no presentan alternativa. Reiteraron que han hecho propuestas «en público en privado» a las que el Gobierno «siempre ha hecho caso omiso». Por lo tanto, ponen la pelota en el tejado del Ejecutivo y de su predisposición a pactar.

María Dolores de Cospedal, por su parte, insistió ayer en que «el pacto por el pacto no es bueno para España». Un argumento que le sirve para apuntalar un 'salvoconducto' del PP ante un posible fracaso en las negociaciones con el Gobierno. «El PP, por pura responsabilidad, no va a entrar en ningún juego en relación con un pacto anticrisis, porque otra cosa sería engañar a los españoles», acotó.

Los populares no sueltan prendan de cuál será el discurso de Mariano Rajoy el próximo miécoles, cuando Zapatero desvele su plan anticrisis. Lo que dejan claro es que no habrá «conejos saliendo de la chistera».