El líder del PP, Mariano Rajoy, visitó ayer un taller de formación profesional en Valladolid. :: EFE
ESPAÑA

El PP estrecha el cerco al Gobierno

De Cospedal amaga con la moción de censura, Sáenz de Santamaría insiste en la falta de liderazgo y Pons pide un reajuste ministerial Rajoy se declara listo para gobernar ya, pero no pide el anticipo de los comicios

MADRID. Actualizado: Guardar
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El PP apretó ayer un poco más el cerco sobre el Gobierno. Consciente de que José Luis Rodríguez Zapatero atraviesa las horas más bajas de sus casi seis años de mandato, el partido opositor cargó con todo. Reclamó un adelanto electoral, amagó con presentar una moción de censura y exigió también un reajuste ministerial. Cualquiera de esas soluciones sería válida, apremiaron los populares, menos seguir con la sensación de parálisis e incertidumbre que, a su juicio, atenaza al Ejecutivo. Mariano Rajoy no se decantó por ninguna de las alternativas propuestas por los suyos pero, eso sí, se declaró preparado para gobernar ya.

El líder de la oposición despachó con un «en el futuro veremos» la exigencia de una moción de censura defendida por su secretaria general, Dolores de Cospedal, o el adelanto electoral reclamado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, tesis a la que se sumó el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons. Rajoy pidió a sus compañeros bajar el balón al césped porque ahora lo que toca es plantear debates «útiles».

Es necesario, añadió, plantear propuestas que generen «tranquilidad y certidumbre», así como despejar «la desconfianza» que reina entre los ciudadanos, socios de la Unión Europea y organismos internacionales hacia la capacidad del Gobierno de Zapatero para hacer frente a la crisis. «Necesitamos -dijo- certidumbre, claridad y rigor» frente al «espectáculo impropio de un país serio» que ha dado el Gobierno con sus pasos adelante y atrás sobre las jubilaciones.

Rajoy, tras visitar un centro de Formación Profesional en Valladolid, puso dosis de prudencia en la ofensiva contra el Gobierno lanzada desde sus filas. Descartó mostrar sus cartas, no quiso anticipar sus movimientos políticos futuros y, por tanto, no respaldó ninguna de las propuestas lanzadas por altos cargos de su partido. «Todo el mundo dice muchas cosas», comentó para restar importancia a la batería de medidas que han puesto sobre la mesa los dirigentes del PP. En lo que se refiere a sí mismo, dijo estar preparado para gobernar «en cualquier momento» y retó al jefe del Ejecutivo a mantener un debate en el Congreso sobre la situación de España, lo que vendría a ser una moción de censura descafeinada sin votación.

En busca de apoyos

El líder de la oposición trató así de poner orden en el cúmulo de peticiones hechas desde su partido al presidente del Gobierno. Si la víspera fue Esperanza Aguirre la que rompió el fuego con la exigencia de un adelanto electoral para acabar con la incertidumbre, ayer fue la secretaria general del PP la que sugirió la posibilidad de presentar una moción de censura contra Zapatero porque tiene al Gobierno «noqueado y paralizado». Cospedal avisó de que su partido va a buscar los respaldos parlamentarios necesarios para que la censura triunfe. Una amenaza que, en el fondo, no es más que brindis al sol porque el partido opositor tiene imposible que el Parlamento censure al jefe del Ejecutivo.

El PP cuenta con 153 escaños, y una moción de ese tipo requiere la mayoría absoluta del Congreso, 176 diputados. Los populares no están en condiciones de sumar 23 apoyos a esa iniciativa porque a lo largo de toda esta legislatura y la anterior no han sido capaces de trabar complicidades con ningún grupo parlamentario. El portavoz de Esquerra Republicana, Joan Ridao, resumió la situación: es «muy fácil» aglutinar a «todo el mundo» contra Zapatero, pero es «imposible» que prospere la moción de censura porque requiere que se vote a favor de un candidato alternativo, que no puede ser otro que Mariano Rajoy.

No se quedó atrás la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, para la que este Gobierno no tiene remedio, «anda como pollo sin cabeza», dijo en Punto Radio. Sostuvo que día a día crece la sensación de que el Ejecutivo «está perdiendo el tiempo».