tragedia en sevilla

La familia de Alcalá de Guadaira se intoxicó con fosfuro de aluminio

El juez investiga cómo una sustancia química, usada generalmente como pesticida, causó la muerte de tres miembros de una misma familia

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Casi un mes después del fallecimiento de tres miembros de una misma familia de Alcalá de Guadaira (Sevilla), la investigación aún no ha podido esclarecer cómo los fallecidos pudieron entrar en contacto con la sustancia química que les mató y por qué estaba en la casa. Las pesquisas apuntan a que este elemento fue fosfuro de aluminio, aunque aún no hay ningún informe definitivo. Y según se desprende del relato de la única hija que sobrevivió, el contacto fue accidental, y no un intento de suicidio o un homicidio.

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en un comunicado, las investigaciones desarrolladas a cabo en los últimos días apuntan a que “el fallecimiento de estas personas se produjo como consecuencia de una intoxicación por fosfuro de aluminio o de alguno de sus componentes”. Aunque subraya que “se continúa investigando para determinar la manera en la que ese tóxico provocó las muertes”. En este sentido, el TSJA aclara que “no hay ningún informe ni preliminar ni definitivo que confirme si la intoxicación se produjo vía alimentaria o vía inhalatoria”.

El fallecimiento de Enrique Caño, de 61 años de edad, y Concepción Bautista, de 50 años, y una hija de 14 años se produjo el pasado 14 de diciembre, cuando la familia alertó a los servicios sanitarios para recibir asistencia porque presentaban un cuadro de vómitos, nauseas e incluso mareos. Una ambulancia acudió esa noche y aplicó el tratamiento protocolario a la menor. Al ser avisados de nuevo por la mañana, los sanitarios que llegaron al domicilio encontraron a la pequeña ya en parada cardiorrespiratoria y a los dos adultos en estado grave. Fueron traslados a un centro hospitalario y fallecieron a las pocas horas. La única superviviente fue la hija menor del matrimonio, de 13 años, que cenó un alimento distinto al resto de su familia y no presentó los síntomas.