Un cuadro de la pequeña Iris. / Archivo
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Una niña autista consigue vender sus obras por 1.800 euros

La pequeña Iris, de tres años, llama la atención del mundo del arte con sus cuadros

MADRID Actualizado: Guardar
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Si nadie lo supiera, sus cuadros podrían parecer propios del gran Monet: abstactos e impresionistas, con unos colores que brillan y un agua que parece de verdad. Pero la autora del bello lienzo, capaz de competir con el maestro, no ha crecido en el Barrio Latino de París. Todo lo contrario. Ha nacido en el Reino Unido, tiene solo tres años y además, es autista. La pequeña Iris Halmshaw ha impresionado al mundillo del arte británico con sus creaciones. Un coleccionista privado acaba de comprar dos de sus trabajos por 1.800 euros cada uno, aunque ya antes se vendían por 400. Ahora, un grupo de aficionados prepara una exposición con las mejores obras de la niña.

Iris no habla y tampoco le gusta jugar con otros niños. Se pone nerviosa, se estresa y se distrae. Pero cuentan sus padres que se transforma cuando pinta: en esos momentos, se concentra y no se pierde detalle. «Cuando le diagnosticaron el autismo, la clave para su curación era encontrar algo que le gustara hacer», relata su madre, Arabella Carter-Johnson, en el Daily Mail. «Aunque intentábamos hacer cosas con ella o que jugase en grupos, se despistaba», recuerda Arabella. Un trenecito que hacía ruido era lo único con lo que interactuaba en aquella época.

Pero cuando descubrieron que la niña tenía actitudes para los pinceles, todo cambió. «De casualidad, yo estaba pintando a hombres delgados, e Iris vio que aquello era algo muy divertido. Mi madre compró un caballete y comenzó a pintar. Entonces Iris hizo un trazo y también comenzó a pintar». Pero repentinamente, la niña se puso nerviosa. «Nos dimos cuenta de que ocurría esto porque ella no dominaba toda la escena. A partir de entonces, colocamos un folio de papel en una mesa, y como eso sí podía controlarlo, pudo demostrar todas sus cualidades», añade la madre. De aquella época, por tanto, proviene una afición que transforma a la pequeña. Iris pinta ahora cinco horas al día y experimenta con nuevas técnicas. Sus cuadros ya han sido contemplados por más de 100.000 personas gracias a internet y muchos de quienes los han visto han mostrado su interés por comprarlo. Pero para la familia, lo más importante es que su pequeña, cuando se pone manos a la pintura, es toda una artista.