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Messi no está descartado para recibir al PSG

Será baja ante el Mallorca, pero su lesión no es tan grave y Alves culpa a Mourinho del pésimo arbitraje de Stark

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«Volveré pronto, por suerte no fue mucho». Con ese mensaje escueto, acompañado de una fotografía con una sonrisa en la camilla del fisioterapeuta, Leo Messi transmitió optimismo horas después de que un escalofrío se apodera de todos los barcelonistas. La lesión en el bíceps femoral de la pierna derecha que le obligó a pedir el cambio en el descanso del PSG-Barça no es grave. Es baja segura para enfrentarse el sábado ante el Mallorca en el Camp Nou, con lo que se interrumpirá su cadena de 19 jornadas de Liga consecutivas marcando, pero no está descartado para el encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones del próximo miércoles en el estadio azulgrana. Su participación, eso sí, no se forzará porque nadie quiere arriesgarse a que el argentino recaiga y sufra un contratiempo más grave. Sólo jugará si su evolución es realmente positiva.

Fue una buena noticia para el Barça el día después de un partido que no dejó un buen sabor de boca. El 2-2, una resultado aceptable, supo a poco porque el empate del PSG llegó en el último segundo del tiempo añadido y de rebote. Y además salió carísimo por el citado percance de Messi y otro más grave, el de Mascherano. El central tiene para seis semanas de baja debido a la rotura del ligamento lateral interno de la rodilla derecha y se una a las ausencias en esa demarcación de los también lesionados Puyol y Adriano, que cubrió bien la zona cuando fue reciclado. Solo queda Piqué entero por lo que Tito Vilanova deberá improvisar. Lo lógico sería que apostara por el canterano Bartra, de enorme calidad pero el técnico todavía le ve algo verde para las grandes citas. Reconvertir a Sergio Busquets o Song es otra opción. El encuentro ante el Mallorca servirá de experimento.

El malestar aumenta en Barcelona al recordar el arbitraje de Wolfgang Stark, el colegiado alemán que ya perjudicó al equipo azulgrana ante el Chelsea en la ida de la semifinal de la ‘Champions’ 2008-09, cuando no pitó dos penaltis clarísimos por agarrones de Ballack y Bonsingwa a Iniesta y Henry, respectivamente, en aquel 0-0 del Camp Nou. Luego llegó la actuación de Ovrebo en la vuelta y la del propio Stark en la ida de la semifinal 2010-11, cuando expulsó a Pepe por su violenta acción sobre el Barça. Las lamentables quejas de Mourinho convirtieron a Stark en barcelonista, una etiqueta que el alemán se arrancó concediendo un gol en fuera de juego descarado a Ibrahimovic (el 1-1) y mostrando un desconocimiento total de reglamento en la acción anterior a ese gol, obligando al Barça a defender un córner con 9 al no permitir la entrada al campo de Alba y Mascherano, recién atendidos. Lo completó pitando una falta de Villa, la que originó el gol, en el rechazo que no era. Como resumió Sergio Busquets, «hasta que no empataron el árbitro no se quedó a gusto».

Dani Alves relacionó todo eso el miércoles, llegando a culpar a Mourinho de ejercer presión a Stark con aquel viejo discurso del «por qué?».»Cuando se presiona a un árbitro se le condiciona muchísimo», opinó el brasileño, contestando con un «sí» cuando le preguntaron si se refería a Mourinho. Y pidió al Barça como institución que «proteste porque ahí también hay que saber competir y tener un poco más de mala leche».