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Un titán del Derecho Penal para Ortega Cano

Enrique Trebolle lleva más de 30 años como jurista, fue el primer abogado en pedir una prueba de ADN y desmontó la defensa del asesino de Fago

MADRID Actualizado: Guardar
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En junio de 2011, apenas un mes después del atropello mortal que le ha llevado al banquillo de los acusados, José Ortega Cano sumó a su equipo de abogados a Enrique Trebolle. Se trata de un penalista fino y riguroso que tienen por delante el reto de levantar las graves acusaciones contra el diestro, neutralizar la carga probatoria y pericial y evitar, al fin y al cabo, que acabe en en prisión.

Trebolle es un jurista de reconocido prestigio, lleva más de treinta años en la profesión, y su ojo clínico para imponer sus argumentos con la ley en la mano está más que contrastado. Aragonés de nacimiento, es concienzudo en su trabajo y muy estudioso, señalan sus conocidos. Tanto que prepararse un caso le lleva meses, y varios días antes de una vista se encierra en su despacho, desconecta su teléfono y se sumerge en el sumario para construir su defensa.

Éste fue éste el caso del crimen de Arguis, en el que un forestal murió descuartizado por una motosierra. Todos los acusados por este hecho fueron absueltos, entre ellos su cliente. Desde entonces este asesinato forma parte de los secretos mejor guardados de la montaña pirenaica.

En su haber figuran otros sumarios de trascendencia nacional, como la defensa del sargento Miravete, el 'caso Progea' (una trama de corrupción que afectó a Izquierda Unida en Aragón), la estafa de AVA y un asesinato que en los años 80 conmocionó a la opinión pública zaragozana. Fue la muerte de una joven estudiante de la Universidad Laboral. En aquella investigación, Trebolle solicitó, por primera vez en España, el código genético del principal y único acusado. Un embrión de lo que hoy sería el estudio de ADN.

'Caso Fago'

El ADN, precisamente, pivotó en el ‘caso Fago’, el juicio más mediático y en el que llevó la defensa de la acusación particular, la familia del alcalde asesinado Miguel Grima. Santiago Mainar, el asesino, fue condenado a 20 años por pruebas como la aparición de su perfil genético en el coche de Grima.

Con todo este currículo llega Trebolle al juicio de José Ortega Cano por el accidente mortal en el que falleció Carlos Parra. El letrado ha centrado su defensa en la exculpación del diestro. Para ello ha pedido la nulidad de la prueba de alcoholemia por la vulneración de la cadena de custodia, ya que fue realizada con la sangre extraída al diestro cuando estaba en la UVI. La Fiscalía se ha opuesto, pero el tribunal ha avanzado que se pronunciará en la sentencia.

La prueba a Ortega Cano arrojó un resultado de 1,26 de gramos de alcohol por litro en sangre, más del doble de lo permitido. Un agravante que separará, posiblemente, la delgada línea dentre acabar o no en prisión.