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Una figura incómoda en su papel ‘normal’

El brasileño afronta el partido ante el Barça como su última oportunidad para reivindicarse y recuperar el brillo de estrella que le alumbraba cuando llegó al Madrid

MADRID Actualizado: Guardar
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El Real Madrid le ha hecho pasar de protagonista absoluto a secundario prescindible. Ricardo Izecson dos Santos Leite ya no es el Kaká del Balón de Oro. Ahora es un buen complemento, duramente castigado por las lesiones, que intenta reivindicarse después de mucho tiempo sin encontrar la forma adecuada para mostrar el juego que le convirtió en el mejor futbolista del planeta. El partido ante el Barça en el Santiago Bernabéu quizás sea la última oportunidad para sentirse importante en un equipo que le fichó junto a Cristiano Ronaldo para formar una dupla de leyenda pero que vio cómo solo el portugués respondía a las expectativas creadas por el desproporcionado precio pagado por ellos.

«No estoy cómodo con mi papel en el equipo ni conmigo mismo. Me gustaría hacer mucho más pero entiendo esta situación. Busco soluciones para volver a ser un jugador importante que pueda aportar cosas importantes». Así resumió Kaká en la rueda de prensa anterior al partido su situación en la 'casa blanca'. El brasileño reconoció que nadie le ha hecho sentirse «acabado», aunque no ha sido fácil «tras once años como profesional y ocho como protagonista» transformarse en un «jugador normal». Sin embargo, con su habitual optimismo, afirmó que estos años le han servido para «aprender mucho personal y profesionalmente» y aseguró que comienza a ver la luz al final del túnel tras sus buenos partidos ante el Rayo y el Deportivo, cuando se vio a un Kaká que no se conocía con el escudo del Madrid, más ágil, participativo y creativo.«Estoy bien físicamente -admitió el punta- y eso me permite jugar y disfrutar».

Ese nivel recuperado le colocó con posibilidades de ser titular en el Camp Nou pero Di María le ganó la partida y fue el elegido por Mourinho. Finalmente, se quedó en el banquillo y perdió una gran ocasión para lucirse en un choque que resultó histórico. Ni esta decisión le ha desanimado. De hecho, ante los medios resaltó el excelente trabajo de sus compañeros, les dio la enhorabuena y destacó la labor del técnico y la dificultad que tiene para cambiar y dar oportunidades cuando el equipo marcha bien.

El objetivo de la antigua figura del Milan es ser útil y espera exponer en el derbi argumentos suficientes para ser tenido en cuenta en los «partidos grandes» que quedan aún por disputar esta campaña. El primero de ellos, el del próximo martes ante el Manchester United. Kaká sabe que una actuación brillante ante el Barça le puede abrir un hueco en el once en Old Trafford en lugar de los discutidos Higuaín y Benzema. De momento, solo piensa en reducir la diferencia «de 16 a 13 puntos» y en aumentar la confianza ganada en la semifinal de la Copa del Rey de cara al 'Teatro de los Sueños'.

Después, ya habrá tiempo para pensar en otros temas, como su continuidad en el club de Chamartín. Todavía le quedan dos años de contrato que espera cumplir «con profesionalidad». Pero el brasileño no pretende aferrarse a su jugoso contrato. Si la fe no le ha abandonado en estos difíciles momentos, menos aún lo ha hecho su modestia, y confía en formalizar su deseo de quedarse en el Real Madrid «siempre que no sea una molestia».