FÚTBOL

El Madrid se rearma para la batalla de Old Trafford

A una semana de jugarse la supervivencia en la 'Champions', el grupo de Mourinho recuperó sus mejores sensaciones

MADRID Actualizado: Guardar
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De la depresión al optimismo desbordante de un equipo rearmado moralmente para la gran batalla que se avecina el próximo martes en Old Trafford, si bien Alex Ferguson se habrá reafirmado en su idea de que a la bestia blanca conviene esperarla, no atacarla. La contundente victoria del Real Madrid en el clásico copero adquiere mucha más relevancia que la mera clasificación para su 38ª final de Copa, un torneo que ha recuperado su esencia gracias a José Mourinho y Pep Guardiola. Si hace un par de semanas los merengues asomaban como presas fáciles del Barça y el Manchester United, la situación ha experimentado un vuelco después de un triunfo de magnitud histórica.

Desde el humillante 5-0 con el que Mourinho abrió sus derbis en 'can Barça', el Madrid se fue despojando de sus complejos y equilibrando la situación de forma paulatina. Fue quizá mejor en el global de los siete últimos enfrentamientos, pero esta vez no hubo color. El campeón de Liga sometió al enemigo en juego, claridad de ideas, físico, pegada, convicción y hasta 'fair play'; papeles cambiados. Hay que remontarse medio siglo para encontrar una victoria tan holgada. En 1963, el equipo que lideraba Di Stéfano ganó por 1-5. Y un año antes, el conjunto capitalino se impuso en Copa con otro 1-3. El último duelo del Camp Nou dejó la sensación de un cambio histórico, aunque en el fútbol cualquier conclusión debe ser coyuntural.

El técnico portugués vuelve a ser un héroe, el mejor estratega para las grandes citas. No quiso salir y sacar pecho tras el 1-3, pero el de Setúbal ofreció una exhibición táctica en todas las facetas. Fue el planteamiento con el que sueña cualquier entrenador. Lección magistral táctica, técnica y física en todas las líneas que engrandece a 'Mou', valiente al apostar por Varane y relegar al atribulado Pepe. La defensa adelantada ahogó el ataque culé. En el medio, el Madrid tuvo la virtud de tapar todas las líneas de pase. Y arriba, exhibió el contraataque letal que le adorna, si bien es cierto que gozó de enormes facilidades por parte de un rival inocente.

Por vez primera, a Cristiano Ronaldo se le ve por encima de Messi, tan enjaulado ante el Madrid como frente al Milan. Ocho goles en seis visitas al Camp Nou y una influencia decisiva en el equipo. Ya no es ese jugador que se lo guisaba, se lo comía y busca solo exhibirse con un egocentrismo reprochable. El luso dice ser el mismo de siempre pero es más sociable y hasta simpático. En el campo ha madurado. Cocina para los demás, inventa y permite disfrutar de un menú suculento al madridismo. El futuro blanco pasa por la renovación del crack de Madeira, superior a cualquier adversario en el cuerpo a cuerpo y con una ambición insuperable.

Cristiano se echa el equipo a sus espaldas dentro y ejerce de líder fuera. Reconoció que el golpetazo a los culés acabó con la «pesadilla» que maltrataba al Real Madrid desde esa 'manita'. «Ahora estamos muy bien y sentimos confianza en los partidos que jugamos ante el Barça. Nos adaptamos mejor a ellos y sabemos cómo jugarles», explicó en zona mixta. Y lanzó el mensaje que su hinchada quiere escuchar. «Todo salió perfecto. Ganar así nos da un plus y confianza para afrontar la 'Champions'».

Iker, un 'as' en la manga

'Mou' se guardó un as en la manga. Decidió enviar a Iker Casillas a explicarse ante prensa. Fue una decisión meditada, un golpe de efecto. Nada en el luso es gratuito. Se trataba de que su gran enemigo en el vestuario le alabara ante periodistas de medio mundo. «Espero que mi presencia no haya molestado a nadie», se justificó el capitán antes de afirmar que «el partido estuvo muy bien planteado porque el equipo jugó muy serio y sobrio». «Ganamos en el aspecto táctico y mis compañeros estuvieron brillantes», insistió. Cree Iker que el Madrid salió «muy reforzado y motivado», y confía en que esa victoria suponga «un punto de inflexión» para la 'Champions' y también para la Liga. «El Madrid no se rinde nunca», remarcó el portero. «Las posibilidades de eliminar al Manchester pasan por trasladar el planteamiento de este partido a Old Trafford».

El choque dejó patente que, después de un curso mediocre, los blancos llegan a un momento cumbre en plenitud física. La defensa ha crecido con un Varane imperial y hasta Coentrao ya no parece ese lateral descentrado y vulnerable. Incluso con el pubis muy tocado, a Xabi Alonso le llega para dirigir la orquesta en las citas decisivas. Di María se acerca de nuevo su mejor versión. Trabajó en ataque, cerró en defensa y retrató al veterano Puyol, huérfano de ayudas, en el mano a mano previo al 0-2. Higuaín también mejoró sus prestaciones. Se fajó, vino a recibir, y favoreció la exhibición de Cristiano. El Madrid recupera las sensaciones del bloque que conquistó la pasada Liga a ritmo de récords.