reestructuración de la aerolínea

Los sindicatos de Iberia dan por rotas las negociaciones y deciden ir a la huelga a mediados de febrero

Acusan a la dirección de la aerolínea, que les había ofrecido reducir de 4.500 a 3.147 el número de despidos, de no apostar por su viabilidad futura

MADRID Actualizado: Guardar
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Los sindicatos de trabajadores de tierra y tripulantes de cabina de Iberia, encabezados por UGT y CC OO, dieron este jueves por rotas las negociaciones abiertas para intentar buscar una alternativa al Plan de Transformación de la aerolínea aprobado el pasado 9 de noviembre, que conlleva casi 4.500 despidos -casi un 25% de la plantilla- y fuertes rebajas salariales, al tiempo que presentaron un preaviso de conflictividad antes de convocar una nueva huelga de forma oficial durante el mes entrante. El motivo esgrimido por estas centrales es que la dirección de la compañía no ha apostado por la viabilidad futura de la misma en sus propuestas, lo que les hace dudar de el verdadero objetivo de todo el proceso sea reducirla “casi a una ‘low cost (operador de bajo coste)’”, hasta el punto que sostienen que su jefatura “no es ya española” porque la empresa “se gobierna desde la imposición de British Airways (BA)”.

Sobre la mesa, la decisión de convocar una serie de paros de 24 horas en la segunda quincena de febrero ya está tomada –faltan por concretas las fechas, y si los días de huelga irían más allá de febrero-, dado que estiman que es “casi la única forma” de que el Gobierno se implique directamente en este proceso, si bien desde el mismo ya se habían mantenido contactos informales con los miembros españoles del consejo del holding IAG, en el que son socios BA e Iberia. No obstante, los sindicatos están pendientes también de la postura que adopten los pilotos tras la reunión que tienen previsto mantener hoy mismo con la empresa, que ahora parece dispuesta a aproximar posturas con dicho colectivo para alcanzar un acuerdo parcial con ellos.

Por parte del Ejecutivo, la ministra de Fomento, Ana Pastor, insistió en pedir “más diálogo, entendimiento y acercamiento de posturas”, al tiempo que recordó que en este conflicto se juegan varios asuntos importantes para el país, amén del propio futuro de la otrora aerolínea española de bandera. “Hablar de Iberia -explicó- es hablar de Barajas como ‘hub (base de operaciones)’ internacional, de la movilidad de las islas, de la movilidad dentro del país, de un servicio a los ciudadanos y, en definitivo de un sector clave para la economía nacional como es el turismo”.

Desde la aerolínea, por su parte, se negó que se haya tratado de “chantajear” a los sindicatos durante la negociación -como estos sostienen- y en un hecho atípico hicieron pública su última propuesta a la plantilla -vinculada en cualquier caso a que la compañía pase de los más de 250 millones de pérdidas estimadas en 2012 a 300 millones de beneficios en 2015, meta del todo punto “inalcanzable” para los representantes de los trabajadores-, que pasa una reducción de la plantilla un 30% inferior a la anunciada en noviembre (de 4.500 a 3.147 despidos), un recorte salarial también menor (de entre el 11% y el 23% frente a la franja del 25%-35% prevista antes) y una reducción de capacidad más moderada (del 10% frente al 15% que se incluía en el plan original de ajuste). Lo que no ha hecho Iberia es aclarar si esta última oferta de acuerdo sería respaldada por el consejo de IAG en su reunión de este viernes, cuestión que ya le habían formulado con anterioridad los sindicatos sin obtener respuesta concreta, dado que la mayoría del mismo se opone a cualquier acuerdo que se salga de los términos inicial del Plan de Transformación de Iberia.

Sus representantes han solicitado ya a la dirección de la compañía que, antes de reanudar cualquier vía de diálogo, les aclare si el consejo del grupo IAG vetará cualquier acuerdo que pudiera salir de la mesa conjunta al manifestar la mayoría (británica) de los miembros del "holding" en su última reunión (el 24 de enero) su rotunda oposición siquiera al principio de acuerdo alcanzado por la empresa española y sus trabajadores a mediados de diciembre antes de sentarse a hablar.

Dado que las negociaciones entre ambas partes habían de concluir, en principio, este jueves (31 de enero), y visto que las conversaciones parecían estancadas ante la ausencia de propuestas concretas por parte de Iberia, los sindicatos han resuelto necesario introducir «mayor claridad» en un proceso donde no queda claro hasta que punto los dirigentes de la aerolínea son independientes para tomar decisiones en este caso, a la vista de los acuerdos de fusión con British Airways (BA) y las fuertes presiones recibidas desde la cúpula de ésta.

Las diferencias entre ambos socios (Iberia y BA) respecto a la forma en que se ha de ejecutar el citado plan se han ido acrecentando en los últimos días, básicamente porque desde el Gobierno se ha dado la voz de alarma ante el temor -ya denunciado por los sindicatos, que no descartan retomar ahora la senda de las movilizaciones- de que desde BA -a través del consejero delegado de IAG, Willie Walsh- se esté buscando, en realidad, dejar a la aerolínea española como un operador casi residual frente a su homóloga británica, lo cual enlazaría con un refuerzo de Iberia Express, el operador de bajo coste del grupo.