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Malí: entusiastas, prudentes... y americanos

La resolución en la ONU prevé el tiempo necesario para ir preparando el escenario y no habrá operación militar allí antes de 2013

MADRID Actualizado: Guardar
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El Gobierno español ha hecho saber que colaborará en la eventual expedición militar contra los terroristas y yihadistas que controlan el norte del Malí con la aportación de equipo e instructores… una posición algo más que prudente que mezcla limitaciones presupuestarias y cautelas diplomáticas.

En plena ejecución del repliegue de Afganistán, para el que, por cierto, el ministerio de Defensa ha montado una gran cobertura periodística, el entusiasmo sobre una operación en Malí es limitado aunque se asume desde criterios puramente estratégicos que cuanto suceda en el Sahara, por muy al sur que sea, y se relacione con los países del Magreb árabe es, por definición, relevante para Madrid.

El Gobierno español conoce a estas alturas lo que parecen discretas diferencias entre Francia (el animador de la expedición a cargo sobre el terreno de los países de África Occidental) y otros socios de la marcha en preparación, empezando aparentemente por los Estados Unidos. Nótese que aunque había estado en Argel en febrero, la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, se presentó el lunes en Argel, confirmando que Washington tiene a Argelia por el país clave en el asunto y, según comentarios diversos, atenderá mucho al criterio del presidente Buteflika, su interlocutor en Argel.

Clarificando el escenario

París tiene el papel central por la sola razón, en primera instancia, de que fue la potencia colonial, ha tenido -y aún mantiene hoy de modo residual- guarniciones en el área. Considera una especie de obligación moral asistir a los gobiernos locales amenazados por el terrorismo yihadista que ha crecido vía "Al Qaeda en el Magreb Islámico", "Ansar Eldin" o el "Movimiento por la Unidad y la Yihad en Africa Occidental".

Malí era una presa fácil: un Gobierno débil, un ejército insuficiente y una crónica efervescencia separatista tuareg en el gran Norte, dos tercios del país, con ciudades de peso, como Gao y Tombuctú. La unión de los dos factores (y la consolidación militar de los islamistas) permitió la vergonzosa derrota del ejército nacional… y, de paso, propició un golpe de Estado en Bamako cuyas consecuencias han sido superadas: un Gobierno nacional de concentración se ha instalado allí y eso permitió que Francia propusiera en la ONU una resolución con luz verde para la intervención.

La resolución no es para mañana e implica un esfuerzo en pro de una "solución política" antes de recurrir a medios militares. Eso lo exigió probablemente Argelia y agradó en Washington. La razón es que los americanos, muy reticentes ahora a intervenciones exteriores -lo que es clamorosamente visible en el caso sirio- desean una preparación minuciosa y estar muy bien acompañados. Por eso Hillary Clinton fue a donde debía: a Argel.

La exposición de Buteflika

Aunque los comentarios de la Secretaria de Estado ayer tras reunirse con el presidente fueron medidos, calurosos y rituales, no dudó en describir la exposición que le hizo el líder argelino como "enriquecida por su gran experiencia sobre el particular", su subsecretaria para Asuntos Políticos, Wendy Sherman, fue aún más calurosa y casi vino a decir que nada se hará sin Argelia… y, de creer al influyente diario 'Al Watan' de hoy Hillary ha entendido que en Argel son algo más que reticentes a lanzar algo así como una guerra en el Sahel.

La Inteligencia militar argelina, sin duda, es la más informada sobre el particular, se mueve en el ruedo donde alternan terrorismo, tráfico de drogas y secesionismo tuareg y su gobierno cree que aún hay elementos "recuperables" en el campo antagónico y rehúsa hacer una amalgama sin más con las tres organizaciones citadas. Además, hay rehenes argelinos (y, por cierto, también franceses) en sus manos y eso obliga a una prudencia adicional.

No hay, ni habrá, reacción oficial francesa a la evolución, aunque la visita de Hillary no haya gustado mucho. La resolución en la ONU prevé el tiempo necesario para ir preparando el escenario y no habrá operación militar allí antes de 2013, se reconoce. De modo que podría ser, además de una amenaza creíble, una operación de compra de tiempo para el Gobierno maliano, al que París está ayudando a reforzarse. Esto, en fin, va para largo…