FÚTBOL | LIGA EUROPA

El Athletic se desangra en Praga

Los de Bielsa decepcionan y muestran una alarmante inseguridad defensiva

MADRID Actualizado: Guardar
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Lejos queda ya aquel Athletic con personalidad y hambre de éxito. Aquel que ilusionó a una ciudad. Ese equipo que coleccionaba elogios por toda Europa y podía ganar a cualquiera. Los de Bielsa no enamoran. Deambulan por el viejo continente y se arrastran por la Liga española. El proyecto más ilusionante de los últimos años toca fin en Bilbao. El Athletic ha dejado de ser hace tiempo un problema de Bielsa contra Llorente, suplente por enésima vez. Es un problema de actitud, de fútbol y de resultados.

Por mucho que el técnico argentino se empeñe en cambiar el entusiasmo y las ganas de luchar del bloque, parece que ya nadie le apoya. Los rojiblancos se desangraron en Praga, lugar al que acudieron con la intención de alejar los males que les aquejan últimamente. La herida fue peor. Quizá irreversible. No salieron al campo con intensidad ni dominaron el esférico como hace tan solo unos meses.

A orillas del río Moldava el Athletic no solo decepcionó sino que mostró una alarmante inseguridad defensiva, viendo cómo los locales se iban al descanso con dos goles de ventaja. Zapotocny hacía el primero desde la frontal del área. Un zapatazo que se coló por el centro de la portería de Iraizoz. El guardameta pudo hacer algo más. El segundo vino de otro error en la retaguardia. Balaj remató solo en el segundo palo y tras tocar en Aduriz, el cuero entraba en las mallas rojiblancas.

El Athletic sufría en la capital checa, no lograba sacudirse la presión por la ventaja local y lo mejor que le podía venir era el descanso. Las victorias en Europa nunca se regalan y los errores se pagan muy caro en este tipo de encuentros. Bielsa tardó, pero se acabó dando cuenta de que necesitaba algún cambio para intentar maquillar el resultado. El rosarino suele hacerlo cuando ve que no marchan bien las cosas. Esta vez solo reaccionó con el 3-0 en el marcador, fruto de un penalti bastante dudoso. Cuando el Athletic no tenía remedio. Estaba muerto. Más corazón que cabeza. Bielsa dio acceso a Ander Herrera y Fernando Llorente pero ya era demasiado tarde. No es que Bielsa sea el culpable de la situación, pero tampoco es la solución a los problemas que existen en el club.

Con ambos en el terreno de juego llegó el gol de De Marcos tras un centro de Muniain desde la línea de fondo. Un espejismo, ya que el Sparta trató de adelantar las líneas mientras que los rojiblancos no conseguían llegar al área rival con facilidad. Se complica la clasificación para el Athletic, que no pasó del empate en la primera jornada ante el débil Hapoel Kyriad, y la vida para Bielsa en Bilbao.

El equipo jugó como nunca con él y alcanzó dos finales el curso pasado, ambas perdidas de forma lastimosa, pero esta campaña empezó mal ya desde el lío de las obras en Lezama. Luego, Llorente decidió que quería irse pero no pudo. Javi Martínez se marchó al Bayern Múnich previo pago de su cláusula de rescisión. Ahora acrecienta su depresión en Praga con la quinta derrota de la temporada.