Las bayas de Goji, en el punto de mira de los oncólogos. / F. Gómez
SALUD | oncología

Natural no siempre es igual a bueno

Los oncólogos advierten de la peligrosidad que supone para los pacientes abandonar los tratamientos por los mal llamados productos 'milagro'

MADRID Actualizado: Guardar
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La desesperación de un enfermo de cáncer por quitarse esa lacra de encima le lleva, a veces, a hacer cosas insospechadas. Como, por ejemplo, abandonar el tratamiento que su oncólogo le ha puesto y abrazar otro tipo de terapias denominadas alternativas. Tres de cada diez enfermos coquetean con otros productos que su galeno no les ha recetado y que, médicamente, no sirven para nada.

Así lo constata la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), que ha ampliado los contenidos de su página web para acabar con falso mitos sobre el ginseg o las bayas de Goji. "Si se producen en Nepal, que es un país pequeño, ¿cómo puede haber tantas cantidades de bayas?", se ha preguntado durante la presentación el doctor Pedro Pérez, quien ha coordinado el equipo de trabajo de toda esta información en la web. Es la primera de estas características en español y la segunda con más datos por detrás del Instituto Americano dde Oncología. El doctor, además de recalcar de que no tienen ningún beneficio para la salud, ha advertido que puede ser muy perjudicial. "En el caso de las bayas se han retirado partidas por estas contaminadas de plomo", ha señalado. Pero hay otros remedios a los que los pacientes malinformados sobre los poderes curativos de estos productos acuden. Por ejemplo, el ginseng que no está recomendado en mujeres con cáncer de mama o de útero hormonosensibles. O el selenio, un micronutriente tan de moda últimamente.

"No hay ningún estudio que avale que sea bueno para tratar el cáncer de próstata o el de mama. Es más, hay uno que indica justamente todo lo contrario", ha apuntado el doctor Pérez.

El ejemplo del zumo de naranja

Tomar esta serie de productos es la consecuencia de la búsqueda de una salida a las sesiones de radioterapia o quimioterapia y a la creencia popular de que algunos remedios naturales son los más óptimos. "Y todo lo natural, aunque sea natural, no quiere decir que sea bueno", ha comentado el doctor Juan Jesús Cruz, presidente de la SEOM. Un ejemplo práctico es el zumo de naranja: es bueno, pero si se toma en demasía puede intereactuar con la quimioterapia.

"Que sea natural no quiere decir que no tenga efectos secundarios", ha señalado el coordinador de la web. Ante la proliferación de estas alternativas, la SEOM ha solicitado a las autoridades más control sobre estas sustancias, en cuyos prospectos se llega a decir que curan el cáncer. "Los oncólogos jamás vamos a recetar productos de este estilo", ha remachado el presidente de la sociedad científico. Por el contrario, ofrecen consejos para mejorar el cuerpo y la mente, como terapias de relajación o yoga o llevar una vida más saludable. Estas técnicas no acaban con la lucha contra el cáncer, pero ayudan a estos enfermos a encarar esta batalla en mejores condiciones.