Iniesta regatea./Toni Garriga (Efe)
Fútbol | primera división

Atracón de Messi en la despedida de Guardiola

El argentino alcanza los 50 goles para derrotar al Espanyol

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El barcelonismo le estará eternamente agradecido a Pep Guardiola. Por lo que hizo como jugador, pero sobre todo por lo que dio y ganó para el Barça durante los cuatro mejores años en la historia del club. Tres ligas, dos 'Champions' y dos Mundialitos después, ganados con un juego que deslumbró al mundo y marcó una era, Pep Guardiola se presentó este sábado ante su público, en el último partido como local al frente del banquillo. La gente blaugrana, que le quiere con devoción, se rindió a su míster y le dijo gracias. Guardiola, hombre tímido y al que le abruman los elogios, no quería grandes pompas, más bien quería algo sencillo. Y así fue.

Unas 40.000 banderitas con el lema 'Gracies Pep' ondearon cuando el equipo saltó al campo y una enorme pancarta resumió el sentir de la grada: «Te queremos Pep» (t'estimem, Pep). Más o menos lo que la mayoría de los culés escribieron en el gran mural que se instaló a las afueras del Camp Nou y en el que los aficionados pudieron dejar una última dedicatoria al técnico de Santpedor.

Él les respondió con unas palabras, al final del partido. "La vida me ha hecho este regalo, durante cuatro años he podido teneros tan cerca y disfrutar del espectáculo de estos chavales", expresó. "He sido un privilegiado, por sentirme tan querido y tan amado... no sabéis la felicidad que me llevo", añadió. Guardiola afirmó además que el que más pierde con su despedida es él. "Que sepáis que os echaré muchos de menos. Pero el cinturón apretaba mucho y me lo desaprovecho", dijo. "Esto tendrá larga vida. Y hasta pronto, que a mí no me perderéis nunca", concluyó.

Los jugadores, por supuesto, también se sumaron a la fiesta y firmaron la decimoquinta goleada de este curso en casa en el campeonato liguero, frente a un Espanyol, que al principio de la segunda vuelta se le ocurrió decir que aspiraba a jugar la 'Champions' y al final ha dilapidado todo su crédito. El conjunto perico afrontaba el derbi como una última posibilidad de lavar la cara de la temporada. Pero no pudo ser. Sobre todo por la actuación estelar, una más, de Messi. Consiguió el tercer póquer de la temporada y sus números son siderales. Lleva 50 goles en liga, algo que nunca nadie había conseguido en la historia. Una barbaridad de la que se hablará en las próximas generaciones y que le garantiza ya el 'Pichichi' y la 'Bota de Oro' más brillantes nunca vistas antes en el mundo del fútbol. El homenaje de los jugadores fue futbolístico, porque ganarle al Espanyol siempre es un premio para la 'culerada'. Y también tuvo mucho de ritual, de agradecimiento a alguien que les ha hecho mejores jugadores. Primero cuando Messi hizo el cuarto gol. Se acercó al banquillo y le agradeció al técnico sus cuatro años al frente de la nave blaugrana. El siguiente agasajo se lo tributaron al final del parlamento de Pep. Él no quería, pero fue manteado, y al final, todo el equipo bailó junto en un corro, con Pep en el medio. Sus ayudantes le despidieron haciéndole un pasillo antes de ganar el túnel de vestuarios. Sonó 'Viva la vida,' de Coldplay, la canción que acompañará siempre a este equipo único.