Cristiano dedicó varios gestos a los aficionados de San Mamés./Luis Tejido (Efe)
fútbol | primera división

El Madrid, campeón de Liga 2011-12

Agarrado al depredador Cristiano, Mourinho cumple en su segundo año con la exigencia de Florentino

MADRID Actualizado: Guardar
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A falta de dos jornadas aún para el final del campeonato, el Real Madrid se ha coronado campeón. Una demostración inequívoca de que ha sido el equipo más regular y determinante. Mientras el Barça se dejaba puntos lejos de casa que a la postre precipitaron su capitulación, los de José Mourinho fueron un martillo pilón. Ha sido el triunfo incontestable de un equipo que pasará a la historia por sus récords y porque fue capaz de terminar con la dictadura del Barça de Guardiola, más que por el nivel de su fútbol. Se impusieron el método pragmático de 'Mou', la determinación de Cristiano y el físico de una plantilla más profunda que la de un equipo azulgrana desgastado por las lesiones, los títulos y la falta de efectivos de garantías para suplir a estrellas como Villa.

Este Madrid con el mayor presupuesto del mundo (500 millones) no se recordará por su estilo, pero sí por su carácter depredador. Batió con creces el récord de 107 goles que habían conseguido la 'Quinta del Buitre', Hugo Sánchez y el técnico galés John Toshack en la campaña 89-90, fue capaz de encadenar diez victorias lejos de casa consecutivas, lo que supone otra plusmarca en este club, y enlazó una racha de diez triunfos desde que empató en Santander hasta que sucumbió ante el Barça, en el Bernabéu. Es el equipo más goleador y el segundo menos goleado, el líder indiscutible a domicilio con nada menos que 15 éxitos antes de jugar en Granada.

Cristiano 'superstar'

En su tercer año de blanco, Ronaldo se echó el equipo a la espalda. A base de goles, amortizó con creces el alto coste de su fichaje (94 millones). Ha participado en los 36 partidos, no se ha lesionado, ha aguantado con cuatro tarjetas más de dos meses y ha anotado la estratosférica cantidad de 44 goles, casi el 40% de su equipo. Con siete 'hat tricks' y cinco dobletes, su aportación ha sido decisiva. Lucha contra Messi en busca de la Bota y el Balón de Oro.

El silencio de Mourinho

Siempre se dijo que el segundo año de Mourinho es el mejor y se cumplió la tradición. Llegó para acabar con el reinado del Barça y lo ha conseguido. En el primer curso conquistó la Copa y en este segundo la Liga, uno de los dos grandes torneos que se le exigían. Falló ante el Bayern en la 'Champions' pero el Bernabéu le idolatra de forma mayoritaria. Sembró contra los árbitros en el ejercicio uno y recogió en un año que acabó con la teoría del 'Villarato'. 'Mou' dio un paso atrás, calló y dejó su sitio a Karanka en un buen tramo de la Liga. Desde su silencio, el Madrid fue un club menos crispado.

El cambio de Florentino

Era un proyecto clave para Florentino Pérez. Se la jugaba después de prescindir de Jorge Valdano y atribuir plenos poderes a Mourinho. Delegó por completo, ya no fichó de forma caprichosa y personal, y le fue bien. También le benefició sellar la paz con la Federación, acercarse a Villar y formar parte de su junta directiva. Consigue su tercera Liga en nueve años de mandato, a la que hay que sumar una 'Champions' y una Copa del Rey.

La competencia Benzema-Higuaín

Mientras el Barça sufría con la figura del falso '9', el Madrid imponía su artillería. Después de varios años irregulares, el francés Karim Benzema por fin se ha destapado y ha aportado, hasta ahora, nada menos que 20 goles en Liga. No necesitó del Adebayor de turno para motivarse, y arrebató el puesto a Higuaín, que de todos modos se erigió en el segundo mejor goleador del equipo con 22 tantos. 86 goles entre los tres delanteros son una barbaridad.

Ramos crece de central

El Madrid ha sido un equipo más equilibrado. Se rompió en algunos partidos pero por lo general defendió mejor, más lejos de su área y más junto. Ha encajado menos de un gol por partido y, para ello, resulta clave la figura de Sergio Ramos. Dejó el lateral derecho, volvió a su demarcación de central y desde ahí ejerció de líder. Le respetaron las lesiones, impuso su jerarquía y ayudó a la mejoría de un Pepe algo menos alocado de lo habitual.

La resistencia de Xabi Alonso

Presente en 34 de los 36 partidos y sin recambio, ya que Sahin no aportó nada, el tolosarra ha sido figura decisiva para el título. Acaba el curso extenuado pero sostuvo al equipo por calidad, oficio, experiencia, dotes de mando y facilidad para manejar diferentes registros. Sin su capacidad para los cambios de juego y los pases en largo, el despliegue del equipo no hubiera sido tan letal.

El mejor contragolpe

Es curioso que el Madrid del récord goleador haya sido uno de los más contragolpeadores que se recuerdan. Ni siquiera con Capello era un equipo tan propenso a regalar el balón al adversario para fulminarle en la salida fulgurante. Con dos o tres pases de tiralíneas, unas carreras vertiginosas, el último pase preciso de Özil y las rupturas de un Cristiano portentoso, los blancos aniquilaron a sus adversarios. Es una fórmula contraria a la del Barça pero efectiva al máximo.

El liderazgo de Casillas

No conseguirá el 'Zamora', ya que Víctor Valdés le aventaja, pero Iker Casillas ha sabido ejercer de capitán dentro y fuera del campo. Ordenó a su defensa y, aunque se le culpó de goles clave en las faltas lanzadas por Cazorla y Senna que supusieron sendos empates, siempre apareció cuando se le necesitó. Lo más importante fue su valentía para contestar al técnico y hacerle ver que se precisaba más fútbol y menos excusas.

Un físico superlativo

A Mourinho siempre le sedujeron más los futbolistas físicos, tipo Khedira, que los de toque, léase Granero o el año anterior Pedro León. Atesoran menos fútbol pero han sostenido a un equipo que ha rotado más bien poco y en los momentos determinantes ha jugado con doce o, como mucho, trece jugadores. Aunque llegó a abril tocado y fue eliminado por los bávaros en Europa, el método de Rui Faria funcionó para la Liga.

Las remontadas

Sabido es que cuando el Madrid se pone por delante, se vuelve un equipo invencible. Pero también ha mostrado una fortaleza mental y capacidad de convicción enormes para voltear situaciones límite. Con ocho partidos remontados, es el mejor equipo de Europa en este capítulo. Lo hizo agarrado a su enorme pegada, con 3,2 goles de media por partido que se elevan hasta 3,7 en el Bernabéu.

Ambición

El líder aprendió la lección de la temporada pasada, cuando tiró la Liga en campos de los modestos. Falló al principio al perder en el Ciutat de Valencia y empatar en Santander de forma consecutiva, pero a partir de ahí reaccionó con gran ambición. Tampoco se vino abajo cuando dejó escapar seis puntos en cinco jornadas, tras empatar ante Málaga, Villarreal y Valencia. Llegó presionado al Camp Nou y ahí dio un golpe de campeón.