Mónica y Marcos, padres de la pequeña Alaitz, de 16 meses, durante la rueda de prensa./ Foto: Alberto Estévez (Efe) | Vídeo: Atlas
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Una técnica quirúrgica pionera en el mundo salva la vida a un feto de 26 semanas

El bebé, de 26 semanas en el momento de la operación, tiene hoy 16 meses y está en perfecto estado

BARCELONA Actualizado: Guardar
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La pequeña Alaitz (alegría en euskera) ya tiene 16 meses. Anda y corretea como todas las niñas de su edad. Pero a buen seguro que no llevaría una vida normal de no ser por la intervención a la que fue sometida cuando aún era un feto de 800 gramos y 26 semanas de gestación. En una revisión médica, la ginecóloga de un centro de Mollet del Vallès (Barcelona) detectó en la ecografía que tenía atresia, es decir, tenía el bronquio de un pulmón obstruido, una enfermedad congénita grave que afecta a 1 de cada 10.000 embarazos. Si no le operaban, estaba abocada a una muerte irremediable antes de nacer.

La intervención, practicada por cirujanos de la Unidad de Cirugía Fetal de la Maternitat del Hospital Clínic de Barcelona y del Hospital Sant Joan de Déu, se llevó a cabo a las 26 semanas de gestación, con lo que esto comporta de dificultad, al tratarse de un ser diminuto, con tejidos tan finos como un papel de fumar y a escasos milímetros del corazón.

Los cirujanos introdujeron un fetoscopio en la tráquea del feto, a través de su boca, a la que llegaron atravesando el vientre de la madre y la placenta, lo que les permitió ver la obstrucción del bronquio, lo perforaron y reconectaron los bronquios obstruidos superiores con los inferiores. Tras la operación, pionera en el mundo, el embarazo siguió su curso normal y once semanas después el bebé nació en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. La niña pesó 2,5 kilos y solo presentó una insuficiencia respiratoria leve. A los trece días de vida, fue sometida a una nueva intervención, en la que le extirparon los lóbulos pulmonares dañados por la lesión bronquial, una pérdida de la que se ha recuperado en gran parte de forma fisiológica normal.

Los padres corrieron el riesgo y hoy son todo alegría. “Era nuestra última esperanza, o lo probábamos o interrumpíamos el embarazo”, dijo este martes Mónica Colomina, la madre de la criatura. "Los padres reaccionaron muy bien. La verdad es que la madre tuvo una gran entereza, como no vio ninguna otra opción, aceptó", señaló Eduard Gratacós, jefe del Servicio de Medicina Maternofetal del Hospital Clínic de Barcelona. Era un ahora o nunca, en el que además la madre no corría un riesgo excesivo (similar a una prueba de amniocentesis). "Gracias a una ecografía se pudo detectar el problema a tiempo; si no la hubiésemos intervenido, la niña estaría muerta", destacó Julio Moreno, neonatólogo del Hospital de Sant Joan de Déu.

En la actualidad, la niña lleva una vida “completamente normal” y está “contenta y feliz”, según su madre. Solo debe seguir controles rutinarios. “No ha tenido ninguna recaída, ni infección”, afirmó la madre. “Al final nació y respiró y todo salió fantástico”, añadió. La innovación de la técnica quirúrgica presentada este martes en Barcelona radica en la utilización, por primera vez en el mundo, de la endoscopia traqueal para llegar al punto en que el bronquio fetal estaba obstruido, perforarlo y reconectarlo al árbol bronquial que hay debajo.