Kandahar

Un soldado estadounidense mata a tiros a 16 civiles afganos

El militar abandonó la base a las tres de la madrugada del domingo -hora local- y procedió a abrir fuego contra los residentes de varias viviendas cercanas a la base militar de Zangabad

MADRID Actualizado: Guardar
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Un soldado estadounidense, ha matado a 16 civiles afganos, incluyendo a varios niños y ancianos, tras salir de madrugada de su base en la provincia de Kandahar, bastión talibán del sur de Afganistán.

"Entré en tres casas y conté 16 muertos, incluyendo niños, mujeres y personas de edad", ha relatado un periodista que se hallaba en el lugar. "En una casa, había diez personas, entre ellas mujeres y niños, que fueron asesinados y quemados en una habitación. Otra mujer yacía, muerta, a la entrada de la casa", ha relatado. "Los mataron y los quemaron. Vi al menos dos niños, de 2 ó 3 años", ha destacado el corresponsal. "En otra casa", situada en otro poblado "cuatro personas yacían muertas. Vi sus cuerpos tirados en una pieza. Había dos ancianos, un menor y una mujer", ha agregado el periodista, que contempló también los restos de otra persona en una tercera casa.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha declarado "profundamente entristecido" por la masacre y ha expresado a su homólogo afgano, Hamid Karzai, su "consternación" por lo sucedido. "Ofrezco mis condolencias a las familias y seres queridos de aquellos que perdieron la vida, y al pueblo de Afganistán, que ha soportado demasiada violencia y sufrimiento", ha dicho Obama en una declaración escrita, en la que ha calificado al incidente de "trágico y chocante".

Previamente, el presidente afgano Hamid Karzai había condenado y calificado la matanza de "imperdonable". "Cuando hay afganos que mueren deliberadamente a manos de las fuerzas estadounidenses, se trata de un acto de asesinato, terrorista e imperdonable", ha expresado Karzai en una declaración. El secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, ha telefoneado a Karzai para asegurarle que habrá una "completa investigación en curso" sobre la masacre.

La Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF), reconoció en un comunicado enviado trece horas después de los hechos, la existencia de civiles afganos "muertos". "No puedo explicar las motivaciones tras esas acciones insensatas, pero en ningún caso eran autorizadas por la ISAF", observó el general Adrian Bradshaw, comandante adjunto de la ISAF. El general expresó, en nombre de la ISAF, su "sincero pesar" y su "pena" por "este incidente espantoso".

En Bruselas, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha expresado su "consternación" y "tristeza" por lo ocurrido. El domingo, hacia las 3.00 horas de la mañana, "un soldado salió de su base y se puso a disparar. (Luego) volvió a su oficina y fue detenido", ha indicado un responsable occidental.

Posibles represalias

El tiroteo se ha convertido en un problema para la OTAN y sus tropas, blanco cada vez con más frecuencia de disparos accidentales de soldados afganos, lo que ha minado la confianza entre los dos bandos. La situación, ya extremadamente tensa, podría agravarse aún más y se esperan represalias.

Seis militares estadounidenses murieron a manos de sus colegas afganos entre el 23 de febrero y el 1 de marzo, después de la incineración de ejemplares del Corán en la base militar estadounidense de Bagram y las muy violentas manifestaciones que desencadenó, con un balance de 30 muertos y 200 heridos. Dos de las víctimas, consejeros, murieron en su oficina del ministerio del Interior en Kabul, uno de los lugares más protegidos del país.