Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social. / Archivo
el nuevo gobierno de mariano rajoy

Fátima Báñez, premio a la eficiencia discreta

La nueva ministra de Empleo ha sido el enlace de Rajoy con los agentes sociales durante la pasada legislatura

MADRID Actualizado: Guardar
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Dos pájaros de un tiro. Eso es lo que ha logrado Mariano Rajoy con el nombramiento de Fátima Báñez como nueva ministra de Empleo y Seguridad Social -cambia la denominación del departamento, antes de Trabajo y Asuntos Sociales, para resaltar la importancia que tendrá la creación de nuevos empleos en la presente legislatura-. De un lado, completa la llamada cuota andaluza en el Gobierno -junto a Cristóbal Montoro y Miguel Arias Cañete, ahora en Hacienda y Agricultura, respectivamente- y, de otro, premia su eficiencia discreta que, en apenas once años -llego al Congreso en 2000- ha pasado de ser diputada rasa a ministra.

Báñez, que cumplirá 45 años el próximo 6 de enero, recibió este jueves su regalo adelantado aunque, a la vista de la magnitud del reto al que se debe enfrentar -un país que en la próxima Encuesta de Población Activa (cuarto trimestre) superará con toda seguridad los cinco millones de desempleados, con una tasa del 22%-, para muchos se antoja envenenado. Aunque experiencia en estos temas no le falta. Ella fue quien elaboró, junto Cristóbal Montoro y varios expertos laboralistas, las propuestas de empleo que figuran en el último programa electoral del PP. Además, fue la interlocutora de Mariano Rajoy con patronal y sindicatos durante toda la legislatura, pero especialmente en las últimas semanas, cuando el ahora presidente les emplazó a negociar una nueva reforma laboral.

De origen onubense (nació en el pueblo de San Juan del Puerto), esta licenciada en Derecho, Ciencias Económicas y Empresariales ha hecho toda su carrera política con Rajoy como líder del PP, primero con Eduardo Zaplana de portavoz parlamentario -cuando fue portavoz de la Comisión de Presupuestos, otros de sus ‘fuertes’- y después con Soraya Sáenz de Santamaría –quien la ascendió a portavoz adjunta de Economía y con la que ha colaborado estrechamente en distintos temas, por ejemplo, la elaboración de los últimos estatutos de autonomía en varias comunidades gobernadas por el PP-. Su nombramiento como ministra es el premio a una mujer eficiente y discreta, muy trabajadora –muchas han sido las noches que ha echado en el Congreso- y, sobre todo, nada dada a los enredos políticos, cualidad muy apreciada por el jefe de su partido y ahora también del Ejecutivo.