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Mariano Rajoy: «Mi primera medida será un mensaje al país y a Europa de austeridad y de que vamos en serio»

"La tarea que tenemos por delante es francamente muy difícil"

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A pesar de confesarse más relajado tras el debate electoral con su rival del PSOE, Mariano Rajoy (Santiago de Compostela, 1955) sigue aferrado a la cautela. Consciente de que sus opciones de triunfo el 20 de noviembre son más que amplias, el líder del PP sigue anclado la moderación: "No voy a hacer promesas en la situación en que estamos, y menos las que no tenga claro cumplir".

- ¿Cuál será la primera medida que adoptará como presidente en caso de ganar las elecciones del próximo domingo?

La primera medida será un mensaje a Europa, al mundo y también a España de que vamos en serio. La prioridad será desarrollar la reforma de la Constitución que hemos aprobado para controlar el déficit y no aumentar nuestra deuda pública. Es decir, la primera actuación estará encaminada hacia la austeridad.

- ¿Prevé derogar o reformar alguna de las leyes del Gobierno socialista de las últimas legislaturas?

Los errores más importantes del Gobierno socialista durante esta etapa no han estado tanto en las leyes como en las actitudes. Se equivocó primero haciendo un mal diagnóstico de la situación. No se dio cuenta de la que se nos venía encima hasta al cabo de casi un año y medio. Aquella afirmación de "No hay crisis, se trata sólo de una suave desaceleración" hizo mucho daño. En segundo lugar, se equivocó luego al tomar las medidas. Creyó que gastando lo que no teníamos, incrementado el déficit y la deuda nos iba a ir mejor, pero no fue así. Hubo decisiones en esta línea como el Plan E con 18.500 millones de euros que fueron muy negativas porque pasamos del superávit a un déficit público por encima del 11%. Y la tercera crítica que debo hacer es que no hizo reformas, y cuando empezó a hacerlas, porque le obligaron, las hizo tarde, mal, a rastras e incompletas.

- ¿Dónde esconde ese programa oculto que el PSOE asegura que aguarda a enseñar hasta alcanzar la Moncloa?

Eso debería usted preguntárselo a los socialistas. Comprendo que tengan que decir algo, ya que no pueden hacer balance de lo que ha ocurrido en estos últimos años ni tienen ni pueden plantear ninguna política porque las que han puesto en marcha nos han llevado a donde estamos. Lo único que tengo que decir al respecto a los españoles es que la tarea que viene por delante es francamente muy difícil. Pero, sin embargo, este país ha superado circunstancias complicadas. Entramos en el euro a la primera cuando nadie creía que lo íbamos hacer; también la transición fue un momento muy complejo y la ciudadanía estuvo a la altura de las circunstancias. Confío plenamente en la sociedad española y en mi partido para superar esta situación que va a ser muy complicada.

- El hecho es que las comunidades autónomas gobernadas por el PP y en las que ha ocupado el Gobierno tras el 22-M, como Castilla-La Mancha, han seguido una pauta de recortes drásticos. ¿Es éste el preámbulo de la política que prevé seguir a nivel nacional?

En este momento, pretender que los gobiernos no sean austeros es una quimera, algo absurdo, un sinsentido. Tenemos que serlo sí o sí. No tenemos alternativa, y eso lo sabe todo el mundo. De lo que se trata es de priorizar bien a la hora de hacer recortes y gastar de manera más eficiente. No me gustaría recortar ni en pensiones ni en los grandes servicios públicos fundamentales como Sanidad y Educación. Pero hay que intentar ser más eficiente con los recursos disponibles. Desde luego, en todo lo demás, habrá que recortar.

Recortes

- Si va a mantener el poder adquisitivo de las pensiones, no va a ajustar el subsidio de empleo y tampoco va a tocar la Sanidad y Educación, ¿de qué manera va a bajar el gasto?

De dos formas. Por un lado es conveniente aumentar el ingreso público, que es muy importante para reducir así menos el gasto. Y claro que ese puede hacer. Si no se hubiera planteado el Plan E tendríamos ahí 18.500 millones de euros. Por otra parte, habrá que reducir absolutamente todas las partidas menos en esas fundamentales de servicios.

- ¿Incluye ese plan abrir la posibilidad del despido de funcionarios como han hecho otros países acuciados por la crisis?

No, a los funcionarios no se les puede despedir. Lo que sí que habrá que hacer es suprimir mucho organismo autónomo, mucho ente público, muchísimo gasto corriente.... Tampoco habrá que hacer nuevas contrataciones salvo aquellas absolutamente imprescindibles. Si se jubila, por ejemplo, el médico anestesista de un hospital habrá que sustituirlo por otro. Pero ya está. En todo lo demás, y salvo en el caso de profesores y personal sanitario, tendremos que ser enormemente estrictos en relación a nuevas convocatorias de plazas públicas.

- ¿Con todo ello se podrá cumplir el objetivo de déficit público del 4,4% en el 2012 y 3% en el 2013?

Esas son nuestras metas como país. Y yo, desde luego, el mensaje que quiero trasmitir a Europa y nuestros socios es que España tiene que cumplirlos porque ese es nuestro compromiso adquirido. Es lo que ha prometido el actual Gobierno de España, y no voy a ser yo el que le corrija en eso.

- ¿Se eludirá así el rescate que planea sobre otros países?

Hay una cosa evidente, y es que España entró en el euro en su día y cumplimos todos los requisitos del Tratado de Maastricht. Ahora nos encontramos en una situación de dificultad porque hay un Gobierno que no ha hecho las cosas bien, pero nos enfrentamos a unas elecciones y el nuevo Ejecutivo se compromete a ser serio, cumplir déficit, no gastar lo que no tiene y hacer las reformas precisas. Todo ello comporta un mensaje de confianza muy claro hacia Europa, hacia los mercados y, en clave interna, hacia los inversores.

- Sobre el anuncio de ETA del cese definitivo de la actividad armada. ¿Reconoce algún mérito del actual Gobierno en esa decisión?

Quien tiene más mérito en ello es la sociedad española, que ha soportado con entereza durante 40 años que una banda criminal se erija en juez de los derechos de los demás, incluido la propia vida. Todos los gobiernos han intentando hacer las cosas de la mejor manera posible. Hubo momentos en que se acertó, otros que se acertó menos, pero lo más importante es lo que ha hecho la sociedad.

- ¿Es la suya una posición unánime en el PP?

Sí. Porque lo que digo es de puro sentido común. El comunicado de ETA planteado en su día me parece bien. A partir de ahí, lo que estoy esperando es el anuncio de la decisión irreversible de que la banda terrorista desaparece.

Ministros

- ¿Tiene ya en su cabeza el nombre de sus ministros si gana las elecciones? ¿Será un gabinete más reducido?

Tengo una idea, pero como es natural no la voy a hacer pública. Puedo avanzar que siempre, pero aun más en esta coyuntura, se necesita un gobierno de gente competente, que dé la talla y que sepa lo que se trae entre manos. ¿Ministerios? No me parece lo más importante recortar uno o dos. Lo fundamental es que haya ministerios que atiendan las necesidades de la ciudadanía. Voy a crear un Ministerio de Agricultura porque el sector necesita un ministro que se ocupe de ello y defienda los intereses de los españoles ante Bruselas. El criterio básico será la competencia. No voy a nombrar a nadie por ser hombre o mujer, o por ser más o menos joven, por ser de La Rioja o de Galicia.

- ¿Tampoco será imprescindible ser del PP y podrá haber independientes?

También puede ser. Lo que es evidente es que deben ser profesionales que compartan el proyecto político. A partir de ahí, el criterio, insisto, es la competencia.

- ¿Será la próxima legislatura la de la reforma del Senado?

Si hay una reforma del Senado, que quizás podría funcionar mejor, tendrá que ser consensuada. En las últimas ocasiones no fue posible porque los nacionalistas se empeñaban en quitarles competencias, lo que es inaceptable porque allí está la soberanía nacional. Por lo tanto, mejor que siga así que vaya a peor con esos planteamientos que yo nunca aceptaría. La reforma del Senado no es hoy para mí una prioridad. Lo básico es la situación económica y, en concreto, el paro.