La canciller alemana, Angela Merkel, en una entrega de premios en Berlín. /Ap
cumbre europea

Merkel avanza que el FEEF será cercano al billón de euros

La canciller alemana anuncia asimismo una quita de la deuda griega de entre el 50 y el 60%

BERLÍN Actualizado: Guardar
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A grandes males, grandes remedios. El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), el arma con el que el Consejo Europeo pretende evitar el contagio de la crisis griega a países como Italia o España, estará dotado con cerca de un billón de euros.

Así lo adelantó este lunes la canciller alemana, Angela Merkel, a los partidos de la oposición germana, a los que informó que los planes diseñados a lo largo del fin de semana en Bruselas, donde las reuniones se multiplicaron hasta el infinito, pasarían también por una quita a los tenedores privados de deuda griega de entre el 50% y el 60%. Lo que aún no queda claro es el mecanismo que adoptará Europa para reforzar el ‘cortafuegos’. Tras dejar a un lado al Banco Central Europeo (BCE), al que Francia quería involucrar en el asunto, al aludir su «independencia», las posibilidades se reducen a dos, que podrían incluso compaginarse.

Sarkozy proponía dotar de una licencia bancaria al FEEF para que pudiera acudir al instituto emisor, como lo hacen a diario los bancos de la zona euro, y lograr allí el dinero que necesitara para su labor de guardián de la estabilidad de la deuda continental.

Los entresijos de la ‘hoja de ruta’ para salvar al euro los desvelaron algunos parlamentarios alemanes, como Juergen Trittin, líder de Los Verdes. La explicación recibida de Merkel se debe a que el parlamento alemán (Bundestag) debe aprobar cualquier modificación del FEEF. Por eso está convocada una reunión ‘ad hoc’ a primera hora de mañana. Con el eventual ‘si’ de los diputados, Merkel partirá a toda prisa a Bruselas, donde el nuevo paquete de medidas ha de ser aprobado por el Consejo Europeo. Los países comunitarios pero ajenos al euro han forzado que las decisiones sean a 27 y no sólo a 17 (los países que comparte la moneda única), lo que ha provocado no pocas tensiones.

De hecho, la idea inicial era que el programa de salvación corriera a cargo única y exclusivamente del Eurogrupo, que también tiene convocada una reunión. Las mismas fuentes parlamentarias alemanas aclararon un tanto las dos alternativas que se manejan para el FEEF, hoy dotado de 440.000 millones de euros tras ser ampliado en julio.

Alternativas

La primera fórmula consiste en convertir al fondo en una suerte de aseguradora. Esta es la preferida por Alemania y el BCE. Se trataría de convertir el FEEF en avalista de las nuevas emisiones de deuda soberana de los países más vulnerables, incluido España, con un límite del 30%. Esto haría que, en caso de impago, el fondo respondería por ese porcentaje.

La otra alternativa, más próxima a las tesis de Francia, es la creación de Vehículo de Propósitos Especiales que intentaría atraer a grandes inversores como los fondos soberanos árabes o dinero procedente de los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India y China) o países emergentes. La participación de la institución presidida por Christine Lagarde, no obstante, levanta algunas ampollas en Europa, y más si en ese movimiento ganara posiciones el gigante asiático.

Fuentes comunitarias explican que es probable que el Consejo opte finalmente por activar de forma complementaria las dos fórmulas. Los equipos técnicos aún trabajan a destajo para cerrar una propuesta coherente y sólida. No queda mucho tiempo, y la respuesta no debe dejar ni un sólo resquicio para la duda. El problema es que, dicen los analistas, no habrá una segunda oportunidad, y tanto Francia como Alemania tienen dudas. La primera teme perder su calificación crediticia; la segunda no quiere que un fondo más accesible lleve a los países con más déficit a relajar su política fiscal.

Mientras tanto, el Banco Central Europeo (BCE)que mantiene sus compras de deuda pública de los países cuestionados. Ayer, como cada lunes, el organismo emisor dio a conocer su actividad semanal y, en contra de lo que venía sucediendo desde hace algún tiempo, el banco se ha visto obligado a adquirir más activos. En concreto, 4.490 millones de euros, el doble que en la semana anterior. Con Italia en el disparadero, el mercado especula ya con una rápida intervención del fondo para ayudar cuanto antes a Roma a rebajar su coste de financiación.